En esta segunda parte dedicada al huerto, siempre pensando, que
esto son parte de mis recuerdos y mis raíces, voy a intentar dejaros algunas de
las cosas que durante estos años hemos ido produciendo, he de deciros que estas
son parte de la aventuras y desventuras de este aprendiz a hortelano.
Iré colocando las diferentes cosechas, los distintos manjares
que día tras día se han ido y se continúan cogiendo, en el huerto regentado por
el hijo de Martín “el de la ensala “y Juana “la Chaquetilla” en esta tierra del
Pènedes, sin olvidarme de las diferentes personas que a lo largo de estos años
han tenido la delicadeza de ir pasando por este mi lugar de entretenimiento.
En varias fotos habrá alusiones por diferentes motivos y como no
el agradecimiento por sus visitas, algunas tienen una historia demasiado bonita
y creo que esos motivos son los que hacen que poco a poco esto tome más cuerpo,
una de esas historias es muy simple y sencilla, en un comentario por teléfono
de no hace muchos días, una persona que de pequeño correteo por las calles de
Jimena me comentaba, que le gusta algo de lo que a mí siempre me volvió loco,
los Pimientos Secos.
Yo los había intentado criar desde el primer año que empecé con
el esto, pero la humedad de este lugar, no me había dejado hacerlo con éxito
siempre se secaban, pero aparecía moho, por fin siguiendo los consejos de un
paisano de Pamplona este año pasado, después de muchos inventos se ha
conseguido. Su comentario tubo una contestación rápida no te preocupes Manolo
que eso está hecho, en unos días los tendrás en casa.
Terminada la conversación telefónica me puse manos a la obra,
una caja, un paquete, cuatro pimientos que son parte de lo poco que queda, a
Correos y el paquete el viernes camino de su ciudad, el lunes a media mañana
suena el teléfono, el cartero había llamado a su puerta y los pimientos secos
estaban en su destino, una ciudad costera de la otra punta, así termina esta pequeña,
sencilla y bonita historia. Quien me iba a decir a mí que algo del huerto iba a
hacer tan feliz a esa persona que el día que los recibió precisamente cumplía
la friolera de 75 años.Fue una de las primeras coliflores que se cogieron, este año ya las superamos.
Las berenjenas es algo de
lo que más me gusta criar, me encantan, pero no me gusta cogerlas.
Como suele haber un montón
no las dejo muy grandes y de cualquier
manera me gustan, fritas, rebozadas, en revuelto, quizás la culpa de ello lo
tenga la buena cocinera que tenemos en casa Isabel.
La coliflor, pase mucho
tiempo sin comer por prescripción médica por mis problemas con el estómago pero
superado esto he de deciros, que me pongo las botas como se suele decir, además
ya les hemos tomado el punto.
Fue uno de los tomates
raros que salió.
He de reconocer que ese
olor que tienen las plantas y los tomates cuando los coges es algo muy
especial.
Ha sido una historia
demasiado bonita, la que han tenido estos pimientos secos del huerto.
Pepinos en vinagre, siempre
recordaré en casa, cuando había cuchara, como de un bote grande y redondo de
cristal, Juana sacaba el pepino en vinagre, para acompañar a la comida.
Gran ejemplar, pepinos de la
veguilla criados en el Penedès, desde aquí quiero dar las gracias a Juan Manuel
Ocaña Ramírez por prepararme la simiente, me impresiono cuando me dijo que las
simientes eran de su padre.
Cuando empezaron a salir yo
decía, que pepinos tan raros salen este año y la sorpresa fue cuando los sabios
de los huertos me dijeron, Juan que eso no son pepinos, que son melones, fue
una de tantas meteduras de pata del aprendiz y la verdad es que salieron muchos
y eran buenos.
Había días que era
demasiado lo que había para coger, este año hemos reestructurado la producción
y producimos solo lo que vamos a gastar.
Son las primeras papas del
2015, creo que están saliendo bien, si el padre está encantado de lo que
planto, imaginaros lo contenta que esta mi hija en su segundo año, ella fue
quien las corto.
Fue él no va más de los
huertos, por su peso y sus dimensiones.
Fue su medio de transporte
la carretilla, por cierto, en un principio tuvimos problemas.
La cortamos con una sierra
mi amigo Marcos y yo, cada trozo tenía más de tres kilos, he de deciros que me
tire una mañana entera haciendo trozos, hicimos pudding, puré, mermelada y no
sé qué más, al final nos salía la calabaza por las orejas como se suele decir,
pero el rato de cortarla en los huertos con ellos fue demasiado.
Por supuesto también dan
cada año para conserva, estos dos botes, se comieron en el 2012, en Cánava en una pipirrana que hizo mi prima Manoli en
la tercera reunión del foro de Jimena, a la cual tuvimos la suerte de asistir.
Asia preparábamos los
tomates para el invierno cuando vivíamos en Barcelona.
Son mis recuerdos, son mis
raíces, eran una de mis cenas preferidas en la casa de mis padres, pimiento con
tomates y huevos y he de decir que Juana los hacía de fábula, la cocinera de la
casa mi mujer, ahora los borda.
ALGUNAS DE LAS VISITAS QUE TUVO EL HUERTO
Ellos son Diego y Monserrat
son nuestros amigos, cada año nos visitan, también tienen su pequeño huerto en Salou, a ella se
vuelve loca en él.
Ellos son José y Mercedes,
son como si fuésemos familia, son de Cádiz, esta fue su primera venida, a la
vuelta a Cádiz de su segunda visita José cogió un huerto, no sé porque será.
Era una visita muy esperada
la de mi hermano Martín y mi cuñada Cati, él también a su setenta y tantos se
ha vuelto hortelano de ciudad y me tiene a mí como maestro, como la coliflor le
encanta, pues tuvo coliflor.
Cómo disfrutaron, Isabel
enseñándole el huerto a Marels, ella tomaba nota, dentro de poco otra que se
hace hortelana en Lleida.
No podían irse del huerto
sin una foto de la calabaza, Marels e Irene.
Como disfruto Irene
enseñándole a Juan y Marels el huerto y
la famosa calabaza.
También era una visita muy
esperada y tuvimos la gran suerte de que nos visitara nuestro amigo Luis Marín,
en aquel entonces empezábamos a coger las primeras cosas, fue un fin de
semana a caballo entre Salou, Els Monjos y Barcelona.
Ella Eva mi sobrina y su
padre, son hortelanos de ciudad, aquí estoy enseñándole el huerto, como podréis
ver, atendía con mucha atención a las explicaciones de su tío.
Tía y sobrina, era una de
las primeras apariciones de Isabel por el huerto, después de la última
operación, quizás además de la visita de la sobrina este sea otro de los
motivos que la hicieron más interesante aún este paseo por el huerto.
Como no podía ser de otra
manera, siempre que necesito a mi sobrino Pedro el aparece, esta vez vino nada
más y nada menos que con su hijo pequeño Marc que le encanto ver el huerto del tío.
Espero que os
guste esta pequeña parte que colgué, fue un compás de espera
hasta que pudiésemos
colocar con todas las garantía y permisos respectivos
esas nuevas entradas que empezarán en breve, dedicadas a
nuestra querida
Jimena.
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