Comenzare esta entrada hablando de
fechas; como podréis ver, la andadura de este blog comenzó oficialmente un 21 de
Marzo de hace dos años pero los primeros pasos se este proyecto fueron el día 21
de Febrero. Yo, como amante de la
generación del 98 y habiendo visitado el año pasado la tumba del poeta decidí
celebrar juntos estos dos acontecimiento muy importantes para mí. El segundo aniversario de mi blog y el 76 aniversario de su muerte, tras ocho
meses de ello, ha ido saliendo lo que a continuación cuelgo, tuve mucha suerte y poca faena. goce de unos
grandes colaboradores, lo podréis observar vosotros mismos.
El
próximo 22 de febrero, se conmemora (que no celebra) el fallecimiento de
D. Antonio Machado hace 76 años.
Ocurrió
en Collioure(Francia), donde llegó acompañado de su madre, como exiliado
ante el empuje de las tropas nacionales el 29 de enero de 1939; con 64 años,
enfermo, exhausto y poeta al fin, se encontró en el bolsillo de su viejo gabán
sus últimos versos
“Estos
días azules y este sol de la infancia . . . “
Jimena
tiene el honor de haber sido destinatario de algunos de sus versos en el Poema.
“A LA MANERA DE JUAN DE MAIRENA” (ficticio profesor de gimnasia y retórica creado por Antonio Machado):
* Sol en los montes de
Baza.
Mágina y su nube negra.
En el Aznaitín afila
su cuchillo la tormenta.
*En Garciez hay más sed
que agua;
en Jimena, más agua que
sed
Y
su visita documentada a Jimena, Cánava y Pilar de los 7 caños, en el 1913,
acompañado por el entonces alcalde, Don Miguel Salcedo, ascendieron a la cumbre
del Aznaitín, montaña presente en sus poemas.
Jimena,
en pago, le consagra una callecita limpia, tranquila, distante, lejana del
centro urbano, antiguo paso de la canal que traía el agua del Barranco
Gamellón, donde tantas veces de niño hemos jugado, pero con vistas a Úbeda y a
Baeza y a sus campos con los que tanto soñara.
Un año más. El sembrador
va echando
la semilla en los surcos
de la tierra.
Dos lentas yuntas aran,
mientras pasan las nubes
cenicientas
ensombreciendo el campo,
las pardas sementeras,
los grises olivares. Por
fondo
del valle del rio el
agua turbia lleva.
Tiene Cazorla nieve,
y Mágina tormenta,
su montera, Aznaitín.
Hacia Granada,
montes con sol, montes
de sol y piedra.
En
octubre de 1912 llega el poeta a Baeza; la ciudad no le gustará nada al
principio, tampoco es que entrara con buen pié, al llegar al Instituto y
preguntar por el director, D. Leopoldo de Urquía (amigo personal de la familia)
el conserje le contesta que D. Leopoldo estaba en la agonía, al ver la cara
pálida del profesor le aclaró enseguida que “La Agonía” era una tasca donde los
profesores se reunían para “tratar” asuntos de trabajo.
Don
Antonio Machado explicó primero francés, pero, no estando esta Cátedra en Baeza
dotada formalmente, al quedar vacante la de Historia Literaria, explicó
esta materia.
D.
Lorenzo Polaina (alumno suyo) recuerda una anécdota curiosa que refleja con
exactitud la fina psicología de Don Antonio: en la clase de francés había un
muchacho, gordete y mofletudo, a quien Don Antonio, que suspendía muy poco,
tuvo que suspender. Cierto día encontró Don Antonio en la calle al padre del alumno,
tratante de ganado y de las mismas características fisonómicas que su hijo.
Este le dijo al Profesor: «¡Qué, Don Antonio, que usted es muy listo: le basta
con ver a un alumno para conocer si sabe o no la asignatura ! ». Y Don Antonio
le contestó: «¡y a veces me basta con ver al padre!».
“Este hombre no es de
ayer ni de mañana
Es un fruto de la cepa
hispana
No es una fruta madura
ni podrida
Es una fruta vana” ...
Sirvan
estas breves letras de homenaje, aprovechando la efeméride, a uno de los poetas
más universales que ha dado España, siendo el mejor representante de la llamada
Generación del 98.
Pedro G.
Amezcua
Jaén,
febrero 2015
Después
de estas líneas, al igual que algunos comentarios sobre las fotos
escritas por este conocedor de Baeza, con el que compartí dos cursos en
los años 70, comenzaremos con una serie de fotos de Baeza y Collioure, dos
lugares que tuvieron mucho que ver en la vida del poeta. He tenido la
gran suerte de que en esta entrada, solo tuve que copiar y pegar. Esta idea
se fragua un 3 de Mayo del 2014, día que tuve la suerte de poder ir a ver
la tumba del poeta. Es este día cuando comienza la andadura de esta entrada,
que espero que os guste. También deciros, que trabajar así da gusto.
Actual sede de la
Universidad Internacional de Andalucía “Antonio Machado”
Fuente de Santa Maria
Uno
de los lugares que más impresionó a Machado fue, la plaza de Santa María con su
fuente del mismo nombre. Esta fuente se construyó en 1564 para conmemorar la
llegada del agua a la ciudad. No es una fuente convencional, tiene un arco que
se apoya sobre las columnas y encima los escudos de la Corona y Municipal. En
esta plaza se encuentra la Catedral, las antiguas Casas Consistoriales, y el
Seminario Conciliar, (actual sede de la Universidad Internacional de Andalucía,
sede Antonio Machado). Es una de las Plazas con más solera de Baeza, junto con
la plaza del Pópulo.
En antaño
antiguo seminario conciliar de Baeza
Patio de Limones y
Palmeras
tengo
recuerdos de mi infancia tengo
imágenes
de luz y de palmeras,
y
en una gloria de oro,
de
lueñes campanarios de cigüeñas,
de
ciudades con calles si mujeres,
bajo
un cielo de añil, plazas desiertas
donde
crecen naranjos encendidos
con
sus frutas redondas y bermejas
|
y
en un huerto sombrío
de
ramas polvorientas
y
pálidos limones amarillos,
que
el agua clara de la fuente espeja,
un
aroma de nardos y claveles
y
un fuerte olor de albahaca y hierbabuena
Campos
de Castilla (versión de 1917)
|
La Catedral
Claustro antigua
universidad de Baeza
Claustro
de la Antigua Universidad de Baeza, fundada en 1538 y una de las cuatro de
Andalucía fundadas en el siglo XVI (Sevilla, Granada, Baeza y Osuna).
Actualmente Instituto de enseñanza de secundaria, Stª Trinidad de Baeza,
donde D. Antonio Machado impartió clases de 1912 a 1919. También
allí (a mediados de los años 60), un tal Manolo Cayetano, Luis Marín,
Lope Viedma, Andrés Carrasco, Luis Marín Soto, Pinto, Juanito Rodríguez, Pedro
G. Amezcua, y yo mismo, cursamos, con más o menos precisión, nuestros primeros
estudios de Bachillerato.
Es célebre el
dicho:
"Lo que no da la
naturaleza, ni Salamanca ni Baeza"
Calle Alta
La calle Alta de Baeza, es
a la vez misteriosa, solitaria, húmeda e intrigante. Pasa por la parte de atrás
(sur) de la Catedral, y tiene tres pasos elevados (en la foto el tercero). Los
pasos elevados, se utilizaban por los religiosos para pasar desde
el Claustro de la Catedral a sus aposentos.
Desde las Murallas
Desde
las murallas de Baeza, donde tantas veces se asomara el poeta, tiene sus vistas
más bonitas la Sierra de Mágina, y Jimena al pie del Aznaitín, en medio de la
cuenca del Guadalquivir. En 1475 Isabel La Católica, ordenó demoler el alcázar
y sus murallas, por mostrarse Baeza partidaria de la Beltraneja (Juana de
Trastámara) sobrina de Isabel, y única hija del Rey Enrique IV.
Palacio de Jabalquinto
El
Palacio de Jabalquinto, junto con el de los Salcedo, es de los más bonitos de
la ciudad. Fue un regalo de Juan Alfonso de Benavides y su esposa Beatriz de
Valencia de Bracamonte, para su hijo Manuel, que se casó con Luisa,
hija del poeta Jorge Manrique.
Encima de las ventanas, se puede observar los ocho escudos de las dos
familias. En 1720 se cede al Seminario San Felipe Neri para uso como residencia
estudiantil, pero la familia se reservó una estancia para su uso y la
prohibición de alterar la fachada.¿ A qué se debía tal prohibición?. La puerta
de entrada, está decorada de pequeñas figuras femeninas totalmente
desnudas y en posturas lascivas. Al parecer, detalle del padre para su hijo con
motivo de la boda. ¿ Os imagináis a los seminaristas observando con detalle la
puerta de entrada?. Pues eso, pescozón al canto. En el claustro hay una
escalera barroca única y digna de admiración. Esta escalera estaba adornada por
una lámpara de cristal que actualmente se puede admirar en la Catedral de
Baeza.
Alguien me dijo que esta
foto podría entrar aquí perfectamente...
Era
mi primera salida del país por carretera, por cierto muy temprano, íbamos
camino aduana, era un día sombrío y con viento, como aquellos que el
poeta enumero en más de una ocasión. Era algo que hacía mucho
tiempo que quería hacer, fue la primera salida con mi mujer,
convaleciente de su primera operación de cadera, y aunque con trabajos para
subir y bajar del autobús, al fin, pude cumplir el sueño.
Nada más pasar la frontera,
pronto aparece el cartel de Perpiñán, y mientras más nos acercamos a esta
ciudad, mas aprieta la tramontana y más gris se pone el día
Pronto
llegamos a Perpiñán, pasada esta ciudad, rápido aparece el
indicador de Collioure, pueblo costero y muy pequeño. La bajada fue emotiva,
con música de fondo y serpenteando por aquella carretera de curvas,
mientras la guía recitaba versos del poeta, nadie hablaba,
simplemente todos los limitamos a escuchar y a disfrutar de la magia de ese
momento.
Mi infancia son recuerdos
de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
¿ya conocéis mi torpe aliño indumentario?,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
¿quién habla solo espera hablar a Dios un día?;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
¿ya conocéis mi torpe aliño indumentario?,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
¿quién habla solo espera hablar a Dios un día?;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
Un detalle muy bonito
que no puedo dejar de citar, es que la tumba del poeta, siempre
tiene flores naturales.
Había
leído y visto en algún reportaje de 1969, que a menudo, llevan rosas
rojas y blancas a la tumba del poeta. Y, efectivamente el 3 de Junio de 2014,
vi esas flores y aquel buzón lleno de cartas.
Calle del cementerio, a
la derecha, la entrada
Calle con el nombre del
Poeta
Casa H Quintana
Casa H Quintana
Como podréis ver aquel
sábado todo el mundo intentaba plasmar sus recuerdos.
Quisiera
ir terminando la primera parte de este modesto homenaje, y lo quiero hacer, con
estos versos del poeta, que tantas veces hemos escuchado en la voz de Joan
Manuel Serrat.
CANTARES.
Todo pasa y todo
queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
Nunca perseguí la gloria...
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar:
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
Nunca perseguí la gloria...
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar:
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso
En
un primer momento, era poco el material del que disponía, pero, he
de deciros, que tendremos una segunda entrada y seguramente una
tercera. Y esto es debido a que habéis puesto a mi disposición gran número
de fotos.
Por
este motivo, desde aquí, quiero dedicar esta entrada a varias
personas: la 1ªanónima, ella ya lo sabe y así lo quiso. La segunda
Javier Cano, un apasionado de Jimena
al que no tengo el gusto de conocer, la tercera, Pedro
González Amezcua, con el que compartí muchas cosas aquellos años.
Siempre recordare aquel colegio San José, y aquellas clases de sexto curso
en el Instituto de Enseñanza Media Virgen del Carmen de Jaén y como olvidarme
de uno que todo lo que sea hablar de Machado le encanta, se que lo leerá con
detenimiento y lo manoseara.
Gracias de corazón
a todos vosotros, de este agradecido y modesto bloguero.