CALLES

Comenzaremos esta nueva entrada dedicándola a las calles de nuestras querida Jimena, aquellas calles por las cuales todos los Jimenatos y Jimenatas hemos andado infinidad de veces y que ahora cuando ya vamos teniendo una cierta edad, cada día están, más faltas de gente y más llenas de recuerdos, muchos de ellos ligados a nuestra niñez o a nuestros antepasados.
 He de deciros que tuve la suerte de poder hacer estas fotos en unas de mis visitas relámpago a nuestro querido pueblo, que desde hace tiempo las circunstancias me permiten hacer, espero que algún día dejen de ser visitas relámpago y puedan ser  visitas sosegadas y sin ninguna prisa.

Más adelante, iré colgando algunas otras fotos que gracias a vuestras aportaciones, recibo muy a menudo en mi correo, quizás sea esto otro de los  grandes alicientes a este trabajo  que empezó de aquella manera y que día tras día va tomando cuerpo y todo esto es gracias a vosotros.


Aquí Nació Juan León Muñoz, haremos una pequeña aclaración, esta casa que fue de la familia, donde hoy hay esa ventana, había una puerta por donde entraban las bestias esto si lo recuerdo yo, donde  esta esa puerta, había una ventana y la entrada a la casa era por la puerta de más arriba, pero cuando se partió la casa una parte fue para Francisco y la otra para Ana una de sus hermanas.
Esta aclaración ultima,  me la hizo mi primo hermano Francisco Muñoz Garrido, yo era muy pequeño y mis recuerdos no llegaban a esto, como siempre muchas gracias Francisco esto es sumar y aclarar.


Aquí se crió Juan León Muñoz en aquel entonces era  Cerrillo Nº 18 ahora Nuestra Señora de los Remedios.

Aquí podemos ver la nueva pavimentación de las calles pasados unos años era en enero de 2017.

En la parte derecha de la foto en la primera puerta, nació Martina León Cruz, un poco más abajo, ya en el callejón, la casa de Angustias y en la primera puerta de la calle de arriba vivió Andrés Garzón y María Remedios y mi amigo Francisco Garzón Gilavert.

Aquí nacieron mis primos, Francisco y Manoli  Muñoz Garrido. 

Aquí vivió mi amigo Juan Latorre Gámez, que nos dejo cuando aun tenía muchas cosas por hacer..


Aquí nacieron  Los hermanos, Luis Manuel y Rafaela Marín García.



CALLES I




Hoy os voy a dejar unas cuantas fotos de uno de mis paseos por la calle Santiago el Mayor entre los años 2007 y 2012, llamada antiguamente Capitán Cortes. Intentaré hacer los comentarios sobre estos rincones para los que ya tenemos una cierta edad, y de paso, recordar a aquellos que se fueron o aquellas cosas que cambiaron de lugar o desaparecieron.

A la izquierda vivían las Escribanas, más arriba don Jesús Palma, medico que recordare con gran cariño, a la derecha Melchor Marín y la Julipita,  más arriba   Martín  Morales y Josefa León.

A la Izquierda lo que fue Correos, al fondo, lo que fue la escuela de Doña Mercedes y a la derecha había un pilar del que llene muchas veces agua y me moje demasiadas  veces las alpargatas según me comento mi madre en más de una ocasión.

En esta cuadra de la derecha encerraba el borrico Salvador “patillas” el marido de Alejandríca.

Nos acercamos a  las cuatro esquinas.

A la Izquierda Juan Muñoz Medina “la Chaquetilla “Hermana de mi Abuelo Franciscoa la derecha Juana María Viedma Espinosa, la madre de los “Curros” Hermana de mi abuela Juana Ramona.

Aquí vivió Francisco Martínez Quesada, El maestro de la música y más tarde  Paco el Mancebo y Juana.


De la calle Madrilejo a las cuatro esquinas, este tramo cambio demasiado para lo que eran mis recuerdos.


CALLES II.





Continuaremos colocando algunas fotos más de las calles de Jimena y seguiremos en la calle Santiago en Mayor, he de deciros que en este paseo, fue un día de agosto del 2012 iba desde la casa de mi tía Josefa  a la garita, a visitar a uno de nuestros foreros Mariano. Y en mitad del camino llame a la puerta de Maria Luisa  amezcua Lanzas para saludarla.

A la izquierda la casa que nunca vi abierta, quiero recordar que era de Don Martín, más arriba la de los Trinis, a la derecha donde vivía Bartolo Sardinilla, anteriormente  había vivido mi tía Josefa, la de más arriba  donde vivía Juana María “la Azucena”, quiero recordar que estaba sorda.

A la derecha Ezequiel, más arriba una de nuestras foreras Cati la que fue la casa de mi abuela y donde nací, cuantos veces dormí allí en verano,  a la Izquierda vive María Luisa Amezcua para los foreros “La Gitana” y mas arribe vivió Luis Parranchan.

Un poco mas abajo de donde vive ahora Rafael Leiva y la Mariana no encontramos con este bonito callejón,  donde vivió Bartolico Mortero y Eufrasio el Cojo, el nieto de la “cordelera”.

En las cuatro esquinas, uno de los diferentes arcos que tiene nuestro pueblo, a la Izquierda vivió  el Rano todos recordaremos  su moto, al fondo la calle Madrilejo.

Aquí vivía Pedro Rito y el abuelo de Sebastián el Petrolero, por cierto de vez en cuando veo en Barcelona por el barrio, el nieto,  me recuerda mucho  al abuelo con su andar y su pelo totalmente blanco.

Ya estaba llegando a mi destino, al fondo a la izquierda la Garita.



Nada más llegar a la Garita tenemos a Mariano sentado en el escalón de su casa esperándome, que perra y que bonita es esta vida hace unos mementos hablaba con el que por cierto esta en Jimena puesto que fue para los Santos y precisamente esta mañana andaba en Úbeda comiendo churros.


CALLES III.




Cerraremos el año 2013, colocando las fotos que hice  en Agosto del 2012, eran las del  final de mi recorrido, EL  destino era  la casa de mi amigo Mariano en la Garita, donde fui invitado a algo que me encanta y que veréis más adelante nada más y nada menos que higos blancos, por cierto mis recuerdos de la Garita eran el de unos escalones de Piedra  muy altos algo muy diferente a lo de ahora.


Mariano Gámez y Juan León comiendo higos blancos en la Garita, no me pudo ofrecer mejor manjar que unos higos de nuestro pueblo.

En la casa de Mariano tuve la suerte de encontrarme con su vecina una de Mis amigas de mi Juventud Cati Carrasco González “la de Campos” hacia más de 35 años que no hablábamos, pero en 2017 retomamos el contacto.


 No podía olvidarme  de María Dolores Ruiz Amezcua la hija de Kiko y la mujer de mi amigo Paco Garzón  y enfile camino abajo, pronto vinieron a mi cabeza aquellos recuerdos que aunque muy lejanos aun están en un rincón de mi memoria,  “La Cuesta del Fraile” por supuesto era el lugar por el que en más de una ocasión bajaba y subía de la huerta de mi abuela paterna Sebastiana · la de la ensala”.

Dejamos la garita y giramos a la derecha y seguimos por la calle Madrilejo para llegar a la explanada de los Riles, pasando por delante de la casa de Tomasi, la Mujer de mi amago Andrés y precisamente momentos antes fue Cati su prima la me acababa de comentar  momentos antes algo de su vida, pues por desgracia no la he visto desde antes del fallecimiento de Andrés.

La casa de los Riles, recuerdo que siendo yo  muy pequeño se hizo un altar, por aquel entonces era Dolores la de Riles la que más tarde fue la mujer de Manolo Delgado era  mi catequista.


Continuamos por la calle Madrilejo para llegar a las cuatro esquinas. Mi último paso por esta calle, fue un mes de agosto, concretamente un 17 de Agosto de 1992, día del entierro por accidente con el tractor de  Juan el hijo pequeño de Pedro Manuel “el curo”  mi pariente, que a la vez era cuñado de mi amigo Juan León Medina.




Este callejón, es el que une la calle Madrilejo con la plazoleta de Santa Lucia, en la derecha estaba el hogar de falange y  la izquierda unas casas que se cayeron y estuvieron muchos años derrumbadas, quiero recordar que en ellas vivia Miguel el Garcileño..


CALLES IV.



Habíamos dejado aparcada esta sección a primeros de año, el motivo era que antes de Navidades en una de nuestras comida de los jueves  me había permitido el lujo de pedir un favor a una persona que suele pasar la Navidad Jimena su nombre lo conocéis de sobra, María Montiel López.
  Se trataba de que en su paso por nuestra querida Jimena, cogiese su cámara de fotos e hiciese un paseo por la calle Parras, como siempre que le pides algo no hubo ningún  problema.
 Esta petición como era de esperar ella la hizo, pero como siempre con sorpresa,  la sorpresa fue muy grata por mi parte y  es que a su vuelta no había fotografiado la calle Parras sino que a lo hablado en su día  había añadido la friolera cantidad de más de setenta fotos, de diferentes sitios emblemáticos de nuestro pueblo.

 Por cierto muchas de estas fotos son de gran altura. Hoy voy a comenzar con un paseo fotográfico por nuestra plaza y antes de comenzar he de darle las de gracias a esta persona, que siempre está dispuesta para todo lo que lleve la palabra Jimena o tenga relación con el pueblo que le vio nacer, muchas gracias MARÍA. 

Suelo tener esta foto un gran cariño, fue mi calle hasta aquel mes noviembre cuando estaba a punto de cumplir los dieciocho años, por una sencilla razón, cuantas veces he bajado por ella, entre mis recuerdos más inolvidables esta aquel  7 de Septiembre de 1984 cuando  vuelvo por primera vez después de muchos años para la fiesta y me quedo aquel recuerdo inolvidable  de ver toda la calle  llena de gente a la bajada de la Virgen.


Que puedo decir yo de este trió, el  Pilar, el Arco y la torre de la Iglesia.

De cuantas maneras se fotografió este Arco y de cuantas conversaciones  ha sido testigo.


Con reja, con macetas, con carteleras, con quiosco, sin quiosco, con pilar sin pilar, siempre fue un marco encantados para Jimenatos y Jimenatas.


Vista de la plaza de nuestro pueblo desde la calle Llana y el callejón de la cárcel.


Quien no se ha metido aquí para charlar o para resguardarse del frio, entre mis recuerdos esta  la banda de música tocando y aquella cabina de teléfonos que en su día había.


Invertimos los términos, al fondo la calle Llana y el callejón de la cárcel.


La famosa esquina de los gallos para lo de más edad, al fondo la casa de Paco López y la Farmacia.


Dos de los bares de la plaza, el J&R lugar de encuentro para ver el Fútbol según me comentan y el otro lugar donde se hacen partidas de cartas por las tardes.


Vista desde el Mirador  de la parte alta de la Plaza y su aledaños.


Espero que os guste esta nueva entrada,  he de deciros que el blog, se alimenta de vuestros comentarios y sobre todo de vuestras fotos, así que ya lo sabéis, mirar por los cajones, que mi correo siempre está preparado para recibir.

CALLES V.



Como ya os comente en la entrada anterior, me había permitido el lujo de pedir un favor a María Montiel,  se trataba de que, en su paso por nuestra Jimena, cogiese la cámara y se diera un paseo por la calle Parras, ella así lo hizo y  aquí tenéis de esas las fotos de esa calle Parras.
 Como bien sabéis lo de más edad, Sebastiana “la de la ensala” mi abuela paterna, vivió en esa calle y claro está por aquí vienen mis recuerdos, más de una noche siendo yo muy pequeño, era de obligado cumplimiento que mi padre llevara al nieto para que la abuela lo viese, al nieto pequeño de su Martín, de la mano de mi padre  cogíamos  el callejón de Pedro Segundo, cruzábamos la calle fuente, bajando por la calle de Uri  por aquellos escalones empedrados  para ir a ver a  Sebastiana.
 En este recorrido en verano era de obligado cumplimiento dar las buenas noches a los vecinos que se encontraban sentados en la puertas, desde la abuela y los padres de Mantecas , Uri y Margarita  pasando por Nicolasa  frente de la casa de mi abuela, más abajo poyatos  la abuela de Andrés y Juan , ( que por cierto no recuerdo el nombre), un poco más abajo Fernandico el Capaz, aquel señor grueso siempre con sobrero y una voz muy hueca, un poco más abajo Juan Tomas Rito sin olvidar  aquel  callejoncito donde vivían los padres de la Soco para más tarde hacer una parada en la casa de mi tío Juan y mi tía María Dolores, tampoco se me olvidan las dos parras que había en nuestro recorrido por aquellas calles, es algo que lo recuerdo cómo sino hubiese pasado el tiempo,  es que estos son mis recuerdos.



Esa puerta primera que hay a la derecha, era la casa de mi abuela Sebatiana Fernández González, era de obligado cumplimiento cada noche ir, padre e hijo a ver a la abuela , yo era muy pequeño, son mis recuerdos mi abuela con aquel moño sentada al lado de la lumbre y mi tío Diego haciendo esparto.


Era la Semana Santa de 2006 cuando precisamente fuimos a ver  a su abuela a Jimena y en esta visita, aproveche este paseo visita con mis hijas,  para  enseñarle donde estaba el pajar de su bisabuela Sebastiana.


En la primera ventana de la  izquierda,  era la segunda parada los dos hermanos Juan y Martin charlaban un poco.


En la casa del fondo vivió Juan León Fernández  hermanos de mi padre,  casado con María Dolores Gámez Roa,  seguro que la segunda puerta de la izquierda a Bautista le dice algo. 


Para los que tenemos más edad, aquí estaba el cuartel viejo, yo lo recuerdo muy poco.


La puerta de la izquierda era la puerta de la cuadra de mi abuela, a la derecha la casa de Doña María y al fondo lo que fue el cuartel.


Cuantas veces atravesé la esa puerta con la mula de reata.


Aquí estamos en las casillas, recuerdo como bajábamos Irene y yo a la granja, en aquellas  siestas del mes de Agosto, cuando la regentaba José el padre de la Cuadritos , hablamos del 1984.


Aquí enfocaba la calle camino de la fuente, en la última casa de la derecha vivía Antoni el Coli, Primo de Manolo y Eufrasia.
Aquí damos la vuelta a la manzana  un recuerdo en más de una ocasión escuchar a Morillo ensayar con el laúd, cuando venía de llevar la mula a mi tío  Diego después de venir de arar mi padre.

Este fue mi encargo para María, pero ella lo hizo mucho más amplio, esta entrada  que espero que os guste, se la quiero dedicar a todos los ausente y como no a estas tres personas que se que han transitado mucho por estas calles, los hermanos Sebastián , Xisto y Paco, García Cuadros, Juan Bautista Muñoz Morales y como hemos de darle las gracias a María que como siempre hizo un buen trabajo. 


CALLES VI.



En esta entrada también  dedicada a la calle PARRAS, he invertido la dirección de recorrido con respecto al que hice anteriormente, ampliando  comentarios, cuando se tiene tanto material se disfruta haciendo esto, espero que os guste.


Pasada la calle Fuente, enfilamos por la calle Parras, a la derecha  tomaríamos camino a Villa Mantecas situada enfrente de lo que antes era el lavadero, lo que en su día fue la huerta de Blasa la abuela de José García, antes a mano derecha habíamos pasado por la casa de Barruecos, un poco más adelante el antiguo matadero y ya comenzaban las huertas la primera la de Nicolás pasada la huerta y a la derecha el lavadero cubierto y a continuación es descubierto y en frente lo que hoy es Villa Mantecas. 


Enfrente la casa de Pedro el regaor debajo la de Alejandro “patillas” y a un lado y al otro en su día  había dos grandes árboles, fondo a la derecha lo que en su día fue el matadero.


Aquí vivió desde que se casó mi primo Martin León Gámez y Mariana, he tenido la suerte de atravesar esa puerta en muchas ocasiones.


A la izquierda en su día había un corral con un albarillo creo que era de Luis Correas, más abajo un pajar al que entre en muchas ocasiones  con  Andrés y Juan y a la derecha la casa de Margarita.

En estas dos puertas en su día vivieron dos de los grandes músicos de cuerda que dio Jimena Morillo y el regaor de Los Morales, por cierto aquí no  puedo olvidarme de su hijo José María Martínez el que fue mi cocinero en el campamento de mi mili en Ovejo, Córdoba.


Este era el corral de la Fermina, que recuerdos de aquel palomar, primero con el mayor de los hermanos Andrés, más tarde con Juan, cuantas tardes desde aquella ventana disfrutando con el vuelos de  sus palomos.


Cuando bajaba aquellos pequeños escalones de piedra  empezaba a terminarse mi recorrido, llevando la mula de reata a su cuadra es decir a la casa de mi tío Diego.



En la puerta de la Izquierda, vivía una familia que no recuerdo muy bien pero que en aquellos años se fue a Pamplona.


Recuerdo perfectamente su nombre antiguo de esta calle, no por nada sino porque nací en ella, Capitán Cortes, a la derecha la casa de Doña María y en la izquierda se criaron los hermanos Muela, recuerdo a Juan su padre cuando repartía el correo.


Esta casa es una de las que recuerdo con aquel inmenso parral, sé que el hijo de esta familia fue músico y como en más de una ocasión cuando pasaba estaban aovando los higos.


Esta otra casa de la derecha, es una las casas que en su día Jimena tuvo también  parral en la puerta, por cierto muy alto. Es la casa de los abuelos de Miguel Ángel González Marín.

Aquí voy a terminar con uno de los recorridos  que de pequeño tantas veces hacía por estas calles de nuestro pueblo. A día de hoy suelo tomar datos de mis años en Jimena, de mis recuerdos y de mis paisanos, quizás  una de las cosas que más me duele,  es cuando veo fotos de las fiestas y no conozco a casi nadie, en un principio creía que era cosa mía, pero cuando lo he comentado con algún amigo que tambien hace muchos años que están fuera  me ha dicho que es normal.

CALLES VII.



Continuaremos con las calles de Jimena,  esta entrada la dedicaremos al centro de esta vendita calle, la calle Cerrillo y sus aledaños, lugar en el que viví hasta un veintinueve de octubre de primeros de los años setenta  que me traslade a vivir en Barcelona.
 Como siempre haremos un pequeño recorrido con las fotos que en su paso por Jimena nos fue haciendo día tras día María Montiel, yo sabía que hacia buenas fotos, nos lo demostró con aquellas que  coloco en su libro un Paseo por la Vida, aquí  nos  ha demostrado con creces que aquellas no fuero por casualidad como así nos lo demuestra.
 Aquí  en estas fotos estamos hablando de días de Febrero de 2014, posiblemente cuando ella  hizo estas,  seguro que puso más empeño de lo normal, pues sabe que fue por estos rincones donde me salieron los dientes y me crie y donde están muchos de mis recuerdos, de ese vendito pueblo situado a la falda de sierra.

 Esa calle llamada antiguamente calle Cerrillo y que hace ya un cierto tiempo se le llamo Nuestra Señora de los Remedios para mí siempre será la calle Cerrillo y estos eran mis vecinos, espero que os guste.


Esta foto se hizo desde la puerta de Nicolás, la siguiente la Carlos, después lo que fue la fábrica de don Jesús, hoy Lope, la casa de la señorita Alfonsa y a la derecha José Tenderetes recuerdo de muy pequeño una puerta donde en su día había una tienda.


Los famosos escalones del potro vistos desde la calle del cerrillo, a la izquierda lo que fue  la famosa peluquería de Juan de Dios, hoy la casa de Pedro Manuel Ramírez Muñoz y Antonia Muñoz Muñoz y la casa de Tomasa la Canavera.


3361ª Los Escalones del Potro, al fondo la casa de la abuela de Pedro Cebolla, sin olvidarnos de la casa de Magdalena, siguiendo de la puerta de la panadería de Alonso Lete, pasando por la casa de los Montillas, seguido de la casa de la Abuela de Lope Viedma Feligreras.


, Cuantas veces me he sentado en esa muralla, cuantos recuerdos cuando se sentaban todas las vecinas y vecinos por las noches de verano con sus respectivas sillas o en los mismos escalones, enfrente la casa de  Sonoro y Catalina.


Como ha cambiado lo que fue  la casa de Sonoro, quien no recuerda a catalina regando las macetas, más arriba la ventana de José Tenderetes y Manolita y al fondo la casa de Manolito.



A la Izquierda la ventana de la Srta. Alfonsa, a continuación la casa de Doña (Quiteria), lugar donde Vivian  Manuel Delgado y Francisca Ulloa,  a continuación el lugar donde se colocó la primera caja de ahorros y Monte de Piedad de Granada, siendo Agustín Lanzas y Juanito Delgado los primeros trabajadores, como no recordar aquellas letras brillantes con el anagrama de la entidad, colocados una por una en la pared, más tarde cuando la caja cambia de lugar a la calle fuente, Paco conejo y familia pusieron su primera tienda, recuerdo que la Maria aún estaba soltera. 


Un 7 de Septiembre de finales de los años cincuenta, la familia León toma como vivienda el número 18 de la calle el Cerrillo. Mi padre Martin León Fernández compr0 la casa al hermano de la señorita Quiteria, don Manuel  militar en ejercicio destinado en Sevilla por aquellos años, más abajo la casa de Paquita hermana de Quiteria y Manuel lugar donde vivo Melchor y Andrea, a la derecha la casa de los Ramírez más abajo Catalina la modista,  a continuación Martina la Merina, por cierto recuerdo perfectamente la tarde que se puso Martina la merina de parto y nació su hija Isabel.


A la izquierda lo que fue la escuela de don José Cubero, por cierto esta fue mi primera escuela, quien no recuerda a doña Fuensanta y Juana Antonia y aquellas escaleras para subir a la clase, en frente la parte trasera de la casa de la madre de Mateo Ruiz, más abajo lo que ha sido la notaria durante muchos años y que en su día fue la escuela de Alejandro en su última etapa por cierto este local era de la caja de ahorros y más abajo la casa de Mateo Ruiz y don Antonio Piñar.


Durante mucho tiempo fue llamada la casa del Notario, entre mis primeros recuerdos está a don Rafael, una familia que vino de Oviedo, él muy poquita cosa, ella una mujerona, tenían tres o cuatro hijas pequeñitas y una detrás de la otra, precisamente vino una cuñada suya que se casó con Rafael Torres y que hoy día vive en Jimena luego más tarde es donde viven Juanito el de Fernando casado con Juana Catena la hija de Juan Lorenzo y su hermano el mayor casado con Isabel Amezcua la hermana de mi amigo Gil.


A la Izquierda la otra casa de Don Antonio Piñas, más abajo Juan e Isabel la Tornero y a continuación Paco Cusino, para seguir con la casa de Juan Ramón, a la derecha Paco López, Gil y don Ildelfonso lo que hoy es de los Letes.

Para los que tenemos una cierta edad estos datos son entendible, para lo más jóvenes, algo a tener en cuenta, quizás aquí diese más detalles, pero claro está, es que estos sí que son, mis raíces, mis recuerdos, mis vecinos y parte de mi gente, espero que os guste.

CALLES VIII.



Continuaremos con las calles de nuestro pueblo  de este legado de fotos que María Montiel me trajo  de Jimena hace ya casi un año.
Hace ya tiempo dimos un pequeño paseo por la Avenida de  Nuestra Señora de los Remedios ahora continuaremos calle arriba, para legar a la carretera alta. He colocado dos  de mi paso por Jimena en 2012, cuando estuve con mi amigo Luis visitando Casa Juana, es decir su casa a día de hoy.
Casa en la que hacía muchos años que no entraba y en la que había entrado muchas ocasiones como olvidarse de aquella lumbre con Juana y su marido sentados calentándose o en aquella mesa de camilla con brasero.

Esta vez entramos por la calle de atrás, puesto que el señor lo teníamos lesionado, anda con problemas, con el famoso  tendón de Aquiles y mi señora estaba con las famosas caderas, por cierto de ese famoso tendón en casa tenemos recuerdos no muy gratos por cierto una de mis hijas concretamente tuvo problemas y anduvo mucho tiempo parada por el dichoso tendón, era el tiempo en que Ronal Koeman un futbolista del Barcelona arrastro aquella lesión.


Por estos escalones junto a la casa donde vivian los magreas y la calle de atrás, solía subir en mi adolescencia cuando era un gran aficionado a los palomos.


Era el camino hacia las cuevas, cuna de varias casas donde había muchos y buenos palomos, no podemos olvidarnos de Martín el hijo de Juan el diablo y por supuesto los Mazos Tomas y Kiko, cuantos ratos observando a los animales desde aquel sitio privilegiado por su altura, recuerdo como si fuera hoy  el día que se volo por primera vez un palomo traído de Torres.


Subiendo la calles junto al coche blanco de mi hija Irene que nos lo dejo para este viaje, está la entrada a Casa Juana por la parte de atrás, yo sabía que existía pero nunca había entrado.


Era un día caluroso de Agosto del 2012 cuando  por suerte volvía a Jimena, después de cuatro años un poco duros para la familia y como siempre terminábamos de compartir tertulia con mi gran amigo Luis Marín.


La Carretera Alta.


La Carretera Alta.


La Carretera Alta de esta calle de la derecha la de detrás de los corrales tengo unos recuerdos de muy pequeño inolvidables cuando mi Martin, Delgado, Almería,  Ramales y compañía, siento mozuelos cuando después de salir de la obra se encargaban de sacar el orujo de la fábrica de don Andrés para ganarse unas pesetas.


La Carretera Alta.


Ella le tiene un gran cariño a este lugar,  yo no sabía porque y claro está, el motivo es que en una de esas ventanas nació María.


La casa de Diego Mairena Padre al fonfo, le recuerdo en un viaje con Florencio  a Alcalá de Henares a conocer a su nieto.

La casa de Alejandro y Pura “la hija de Catalina la modista”, cuanta sabiduría y cuanto polvorones salieron por esa puerta.


CALLES IX.



Continuaremos con las calles de nuestro pueblo  y este legado de fotos que María Montiel me trajo  de Jimena hace ya un año, como pasa el tiempo, hoy saldremos de la plaza, pasaremos por debajo del Arco y nos daremos un paseo por la Iglesia y sus aledaños, merece la pena este corto pero aprovechado paseo, he de reconocer que aquí María nos hizo unas fotos que creo que son dignas de ver,  espero  no ser yo el único a quien le gusten.



Creo que poco se puede decir  de este arco, es único  solo mirarlo, remirarlo  y recordarlo.



 Cuanta veces subí las escaleras de esa torre para tocar las campanas, en aquellos años el párroco de Jimena Don Felipe Moreno Villar, hijo de un gran ebanista don Ángel, en aquellos años se tocaban manualmente las campanas, al vuelo,  los sábados y domingos, el sábado a las doce de la mañana y los domingos, media hora ante de cada misa,  solía haber por la mañana y por la tarde y como nota curiosa quiero recordar el día de los Santos que estaban doblando todo el día.



Tuve la suerte de pasar la puerta de esa casa en un primer tiempo con Jose el pequeño de los barones que era amigo de mi primo Francisco, más tarde lo hice  con  Rosario Torres López para los amigos Chari y a principio de los setenta l con la pequeña Inmaculada, para los amigos Inma, por cierto  no las he vuelto a ver desde aquellos años-



Al fondo la casa la de Martina la hija de Juan José el inspector, más abajo la de Andrés el de los ladrillos, y la de Don Carlos Morales, en la Famosa Cuesta de Garrido.


La del rincón es la  puerta  que yo nunca vi abierta en mi vida,  la de la Imprenta. Como podéis ver se han construido viviendas y ha mantenido la famosa portada de la puerta, un gran detalle para conservar lo antiguo.


A los que ya tenemos cierta edad no podemos olvidar, como no a Paquita la  de teléfonos, viuda de Moya , con aquel locutorio con un teléfono manual de aquellos tiempos y los grandes problemas para las conferencias, sin olvidarnos de  los famosos telegramas. Cosa inentendible para la gente joven de hoy, también era ese el lugar donde los que fuimos monaguillos íbamos a buscar los carbones encendidos para el incensario de la iglesia.


Desde la puerta de Paquita la de Moya los escalones de la Iglesia.


La puerta de la Iglesia, Iglesia que fue restaurada restaurada en los años 60 siendo párroco de Jimena  don Manuel Agudo .


A la Izquierda la puerta de Amador y al fondo la puerta de la Negreta.


A la derecha La casa de Pedro Pérez  y la de Isabel la Mecánica y un poco más adelante la de Simón Muñoz.


ESPERO QUE OS GUSTE


CALLES X.


Continuaremos con las calles de nuestro pueblo con este legado de fotos que María Montiel me trajo  de nuestro pueblo hace ya  más un año, si en la entra anterior  caminábamos por los aledaños de la Iglesia. Hoy bajaremos por la Cuesta de Garrido a la altura de lo que fue la fábrica de aceite de don Martin.

Comenzaremos nuestro paseo camino de la calle bella, hasta llegar a las cuatro esquinas, precisamente hace unos días comentábamos y recordábamos una de las fotos poniendo y ordenando los nombres de las personas que hace ya bastantes años habitaban en este pequeño recorrido.



Al fondo, recuerdo una de las numerosas fábricas de moler aceituna que Jimena tuvo en sus días,  la fábrica de don Martín,  yo era muy pequeño y algún dia que otro fui a llevar a mi hermano Martín el almuerzo cuando estaban haciendo obra y modificando la fábrica.


Lo que hoy es esa inmensa red, en su dia eran viviendas, en la esquina de la derecha vivía La Pulía casada con el Ruso, quiero recordar que en la casa siguiente sino me falla la memoria vivía Rosa la Picanta.


Siendo ya adolescente subí y baje aquellos escalones infinidad de veces, el motivo es bien sencillo, en la segunda puerta de la parte Izquierda de aquella bajada vivió mi gran amigo, Juan León Medina para los amigo Juanillo, que nos dejó demasiado pronto y no  hace mucho.



La bajada a la Garita, y una tienda, él Juan el hijo de Juan José “el inspector” Juan Eón Ramírez y ella no recuerdo su nombre pero sí que era una hija de Andresico el  artista y en la puerta de enfrente la casa de los petroleros.


Seguimos desde la garita para llegar a  donde vivía el Petrolero abuelo y al fondo al otro lado  Paco Garrido, Eusebia y Luis Soto.



Hemos llegado a la plazoleta de Santa Lucia, famosa por esa Virgen, aquella  carpintería y aquellas lumbres de antaño ,donde se quemaba todo lo que sobraba en las huerta y se asaban calabazas, yo nunca la vi.

Esa Virgen que da nombre a esa plazoleta y aquella barbería de José Podadera.



Este fondo le encantará a Martina, desde aquí mi recuerdo para Francisco González León   “ Parrilla”, que se crio en esta puerta de la izquierda y que nos dejó demasiado pronto, al que en más de una ocasión visite en la cuarta planta del Corte Ingles de la Plaza de Cataluña de Barcelona.


Se está acabando este paseo por nuestras calles, hemos llegado a las cuatro esquinas, en esa calle hacia arriba, el que escribe  dio sus primeros pasos.


En los últimos cuarenta años, siempre que he pasado por la puerta de la esquina, he tenido la necesidad de llamar, pasar y saludar, aquí vivía Juana Muñoz Medina la tía Juana la hermana pequeña de mi abuelo Materno.


Quién de los de nuestra edad, no recuerda ese pilar, “ El Pilón) esa escuela y aquel  edificio emblemático de la calle bella.


CALLES XI.



La Plaza.
Han pasado  algunos meses,  era un miércoles, 2 de abril de 2014 cuando dimos un pequeño paseo por la plaza de Jimena, era aquella entrada con el título de CALLES V, dedicada a la plaza, en este caso   ampliar aquellos comentarios,  con alguno fotos más, de algunos de los edificios de ese lugar tan emblemático para los Jimenatos y claro está, no podemos olvidarnos de sus pilares, su calles y sus torres.
Como hemos ido viendo a lo largo  de los tiempos,  él pilares pequeño ha cambiado de lugar, en su día cuando yo era pequeño quiero recordar que habían dos junto al pilar Grande,  a lo largo de los años el pilar pequeño cambiando de lugar, espero que os guste y la culpa de todo esto es mía y por supuesto de María Montiel que es la dueña de las fotos, aunque en esta entrada la primera sea una excepción y sea de un servidor que tuvo el honor de hacerla un  1 de Noviembre de 2009 cuando tuve la suerte de volver a Jimena por esas fechas después de cuarenta años aunque fuera en uno de mis visitas relámpago por Jimena.


1ª PB 020092 A: Fue una gran sorpresa para mi el contemplar esto. Es el  momento en que desaparece parte de lo que fue la fábrica de aceite de los Trinis y era un 1 de noviembre de 2009, en uno de mis paseos relámpagos por Jimena.


Aquí tenemos el edificio más moderno de  la plaza de nuestro pueblo en estos momentos.



Uno de los emblemas de la plaza, La torre del castillo y ese balcón de la escuela,  detrás de ese balcón era donde tenia la mesa Don Mariano.


He de deciros que siempre me gusto ese edificio con su quiosco.


Las tres Torres, vistas desde la calle Fuente.


La Calle Cervantes, vista desde debajo del Arco.



A la Izquierda la calle Cárcel, a la derecha la calle Llana.


A la Izquierda la calle Llana, a la derecha la calle Fuente.


A la Izquierda la calle Fuente, a la derecha la calle Cerrillo, ahora Nuestra Señora de los Remedios.


 A la Izquierda la calle Nuestra Señora de los Remedios a la derecha la calle Cervantes.


Como podréis haber visto,
hoy hemos estado viendo,
 las diferentes calles, que
salen de esa plaza
de Jimena,


espero que os guste.

CALLES XII.



Quizás, en un primer momento tendría que haber pensado mas y haber comenzado nuestros paseos por nuestra querida Jimena,  partiendo de la plaza, pero la ilusión que tenia por enseñaros este bendito regalo, me hizo hacerlo como está y no pensé lo suficiente para hilarlo mejor pero así lo comencé y así lo seguiremos, esto valdrá para mejorar en los trabajos siguiente.

 Hoy, vamos a empezar un paseo muy particular para muchos de nosotros, saldremos de la Plaza de la Constitución para adentrarnos, nada más y nada menos que en la Lonja, lo que en tantas veces hemos dicho, vamos a Cánava, os recuerdo que hay bastante material, espero que os guste.



Dejaremos atrás esas columnas del Ayuntamiento y esa esquina de los gallos para enfilar por la Carrera arriba, la denominada  calle Fuente, como si fuésemos casa de Paco López o a la Farmacia.


En esta segunda puerta de la izquierda, estuvo Correos hace ya mucho tiempo, la siguiente, la casa de aquella señora que en su día marcho a Venezuela, en los años sesenta donde ya andaba su marido, recuerdo que tenía un hijo Llamado Rafael, mas tarde vivió Catalina la de lete y hoy viven mis amigos Lope y Rafa,  enfrente, donde hoy se encuentra Correos, crio a sus hijo Mateo Ruiz y Lola, la siguiente la caja de Ahorros de Granada y en frente Fitere.


Seguiremos por la Carrera arriba, salteando entre Pepita, María Dolores la del tallo  Francisco Peleas, Periquito el de los plomos, Cayetano y Magdalena y llegaremos a los escalones del Potro.


3ªA  Eufrasia estas son mis vecinas, asiduas de de aquel lugar, cuando mira la foto las recuerdo como si fuera hoy, esta foto la hizo el hijo mayor de María la de Pepe Rodríguez Manolo, por cierto aquella hija de Manolo, rubita creo que de nombre Inma acompañaba muchos veranos a María en vacaciones.


Que bien tengo guardado en mi memoria esta vista. La panadería de Alonso e Isabelita en frente el estanco de Agustina debajo La casa de los Poves enfrente la casa que yo nuca vi abierta más abajo la Tuna y después la tienda del chico practicante.


Junto a esos escalones del potro la famosa fuente de las machorras, os puedo asegurar que cuando voy bebo agua de ella aunque no tenga gana.



Una bonita perspectiva de los escalones del potro.



En este lugar a primeros del siglo pasado, estaba el lavadero hay una foto muy antigua y preciosa  de aquella época.




Pasada la fuente de la machorras, a un lado José el de Manolito, Martin Montilla Lorenzo Ramirón, Manuel Chispas, Pepillo y pasado el callejón la casa donde vivió don Miguel el médico, enfrente Panera.


Quien de los que tenemos una cierta edad, no se recuerda de la fragua, regentada por Fernando el herrero y dos de  sus Hijos Juanito y Fernando.


Quién de nosotros, no subió por ese callejón que hay encima de lo que fue fragua, Ana no te preocupes que el año nuevo traerá un paseo callejón.


Con esta foto reciproca a la anterior terminamos la primera parte de nuestro paseo y la calle fuente.


Quisiera aprovechar esta entrada,
ahora que se está terminando el año para
 daros las gracias a todos por vuestras visitas,
cuando empecé esto nuca pensé que sería
tan visitado este modesto trabajo,
intentaremos cerrar el año con una

 buena entrada si me ayudáis.



CALLES XII. Segunda parte.



Terminada la primera parte de nuestro paseo de la Plaza a Cánava, una vez recorrida la calle Fuente, seguiremos con la segunda parte, comenzaremos con unas vistas de la famosa cuesta de retamero y enfilaremos camino del paseo.
 Quiero aprovechar esta entrada, para dedicársela a dos personas que estoy seguro que esta semana pasada disfrutaron mucho en su vuelta al pueblo que le vio nacer. Ella es Martina León que hacía no sé cuántos años no pisaba su pueblo,  el Berd Graulich que vivían en Costanza Alemania  y como muchos alemanes,  le encanta ese lugar donde vive ahora en la provincia de Castellón. En alguna ocasión me comento que estaba deseando de ver  y conocer Jimena y  las raíces de su esposa, pero que a Martina le cuesta y por fin ha vuelto, estoy seguro que te gustara mi pueblo Berd.
 Ya solo queda, que sus tres retoños, Sabine, Manuel y Natalia, algún día puedan visitar ese lugar que no está muy lejos de Granada donde Martina tiene a su hermana.
 Martina sé que  miraras esta entrada con mucho detenimiento y seguro que ahora tendrás mucho más ordenados tus recuerdos que estaban en un sitio muy lejano de tu memoria. 


La cuesta de “Retamero” al fondo la baranda de la carretera alta , lo de la mimbre,  la casa de Mateo y algo que yo no conocía ese  fondo lleno de  pinos.


El patín  de las panochas,  a la derecha y enfrente la casa de los hermanos Juan y Bartolo machuca.


La famosa muralla, cuantas personas se sentaron en ella,  quien no recuerda aquellas higueras del matadero, la huerta de Nicolás y aquel barranco.


Quien de los que tenemos una cierta edad, no recuerda aquel lavadero techado del que por cierto no aparece ninguna foto era el lugar donde nuestras madres lavaban  con aquellos tubos en el centro, paraque se escurriese  la ropa antes de ponela en las canasta.


 Al fondo  lo que hoy se llama Villa Mantecas antiguamente la huerta de Blasa la abuela de José García.


 Cuantas veces miró uno, desde cualquier punto de esa  muralla, que comienza enfrente de la puerta de la fragua, que llega hasta las paredes de aquel antiguo  lavadero, para vislumbrar en la lejanía, ese mar de Olivas  y al fondo Úbeda y Baeza.


Miraremos hacia atrás, antes de comenzar el Parque.


Comenzamos con el principio del parque.


Comenzamos con el principio del parque.


Continuamos adentrándonos en el parque, si volvemos la vista hacia atrás, veremos a nuestra querida Jimena entre uno de los árboles que ya tiene algunos años.

Espero que os guste, esta
nueva y modesta aportación a
esto que gracias a vosotros y el trabajo
de este modesto aprendiz, cada
 día se está haciendo
 más grande.


CALLES XIII.


Colaboración de Mariano Gámez.


Un paseo por lo que queda de aquella zona del Pueblo denominada Las Cuevas.

- Cosas de Mi Pueblo - 


Inicio mi camino desde la garita hacia Santa  Lucia para ir acercándome hacia la cuesta de retamero, el pilar de la fuente la estrella y coger la calle  que subía a las cuatro cruces.
Paso recordando la tienda de Tomasa la Panadería de Mateo, la casa de mi Chacha Pepa la colora hermana de Mi Abuelo Mariano,  voy llegando al callejón donde recuerdo vivía Andrés el” loquito” amigo de Mi Tito Mariano si no recuerdo mal.
Aquí entro y comienzo a bajar por la calle donde recuerdo vivía Dieguito Brenco, alguna vez fui a que su hija Ana me haría algún sallo, en esta calle recuerdo mucha gente Juan el Diablo, Ciruelita, Mi Chacha María la de mi Tía Marta también hermana de Mi otro Abuelo Juan Feligreras y tanta gente como poblaba esta zona.
Veo una palmera y me imagino que es otro callejón de los que subía hacia la cueva s recuerdo la del El regaor de los” morales” extraordinario músico de las 5 cuerdas como toda su familia alguna vez recuerdo ir con uno de su hijos más o menos de mi edad que le llamaban Quiqui. También recuerdo a Ramón el “cerrajero” posteriormente nos veríamos en las Pamplonas y después alguna vez en la casa del Pueblo en Jimena ya hace unos años que no le veo.
Y como podéis ver ya nada se parece aquellos patines de la cuevas llenos de niños jugando y habitadas por cientos de paisanos y paisanas, fue precisamente en los años que recuerdo cuando pasaron  habitar las también muy famosas casas de las protegidas algo bien hecho para aquellas familias en que las condiciones de su Cuevas no eran las más adecuadas, hoy uno de los lugares más poblados y con mas juventud es quizá donde en los veranos todavía uno puede ver gente de tertulia en casi todas las calles.
 Os dejo una serie de fotos de los restos de lo que queda de aquellas viviendas cueva o como también había alguna, parte del interior cueva y la entrada de nueva construcción con su parral incluido, creo recordar por haber estado alguna vez con él la del amigo Gabriel “mentirola” si no estoy equivocado.

Hago fotos hacia la derecha hacia la izquierda y esto es lo que puedo retratar.




























Me he permitido como siempre hacer unos versos también de este recorrido.


A las Cuevas me dirijo,
escarbo en aquellos tiempos,
acompañado  de mi cámara
testigo de este momento.

 Para llegar hasta arriba,
calmo mi sed en la fuente,
le llaman la de la estrella,
¿A quién este nombre debe?.

La casa de Fernando el herrero
la panadería de Mateo,
la casa de mí Chacha Pepa,
 lejos quedan mis recuerdos.

El callejón del Loquito,
me adentro hacia la derecha,
 busco la casa de Brenco,
pero nadie hay en la puerta.

 Me sorprende una palmera,
 por el tamaño no es vieja,
ha debido ser plantada,
no hace muchas primaveras.

No esperaba encontrar,
ninguna de aquellas cuevas,
de familias muy humildes,
de tiempos de la posguerra.

Patines llenos de gente,
que saltan  con una cuerda,
 en calurosos verano,
y el fresquito de sus Cuevas
M. Nieto de M. Rasca
 Febrero/2015



Como podréis ver en esta entrada solo copie y pegue lo que Mariano Gámez Feligreras me  paso, creo que mereció la pena esperar, con esto  recordamos lo que fue parte del pasado de nuestro pueblo, espero que os guste, desde aquí quiero  dar las gracias a él y a todas las personas que últimamente  se acuerdan de mi correo ya os adelanto que este mes tendría muchas cosas y si todo sale como lo previsto el 21 y el 22 tendremos dos nuevas entradas.


CALLES XIII. Segunda parte. 




Partiendo de la plaza y subiendo por la calle Fuente, nuestra querida CARRERA, llegamos en nuestro paseo fotográfico al parque.
El paisaje de Jimena se caracteriza por la presencia del verde. Desde cualquier punto del pueblo se puede divisar el paisaje de inmensos olivares o de los pinares que coronan el pueblo.
El parque y los idílicos jardines de Cánava tienen la virtud de transformarse a sí mismos a lo largo de las estaciones del año modificando a su vez el paisaje ornamental de Jimena, coloreándola en otoño, desnudándola en invierno, iluminándola en primavera y asombrándola  en verano y son mirador excepcional para divisar a nuestros pueblos vecinos patrimonio de la humanidad.
 Cuando se pasea por estos lugares se tiene la sensación de mezclarse con la naturaleza, de ser parte de ella. Te sientes en paz contigo mismo.

 Estos jardines quiero
para dejar a mis hijos
que se conserven y ensalcen
como estos versos sencillos
que surgen del corazón
de un jmenato “añadió”
por haberse enamorado allí
de la madre de sus hijos.

Ángel  Jiménez Tirado
 2-2-2015



Similar a otra anterior.


El camino con baranda


Árbol Centenario


A la izquierda un asiento a la derecha la oficina de Bartolo


Este  lugar siempre lo relacione con las cunicas.


 A la izquierda un asiento a la derecha la oficina de Bartolo.


De pequeñas se de dos que bien sabían donde estaba el quiosco.


El empalme. 


Yo al igual que muchos, recuerdo cuando pusieron  los boleteros


Bonito Lugar.



Bonita foto y bonito el parque de nuestro Pueblo,


La nueva fuente del parque.


Cuantas veces hice lo mismo.


Vista del Parque desde encima del pilar.


Recuerdo cuando las terreras del fondo, nos dejaban sin agua para beber, a todo el pueblo, que tiempos.


Con esta entrada en la que también gozo de colaboradores, quisiera celebrar el segundo aniversario de la puesta en marcha  de este blog.
 Eran un 25 de febrero, cuando se trazan la primeras mimbres de esta idea, todo vino por los problemas con las fotos en el foro de nuestra querida Jimena y el comentario de muchas persona de cierta edad, que tenían problemas para verlas.
 Ss mi hija Cecilia la que me da la idea y  se pone a trabajar, así empieza esto, que sale a la luz un poco más tarde, he de deciros que sin la ayuda de Cecilia y el apoyo de muchos de vosotros, esto no se habría agrandado como lo está haciendo, sin ir más lejos esta entrada al igual que varias de las siguientes, tendré que partirlas por la gran  cantidad de material que me habéis mandado, cosa de la que alegro, hoy toca dar las gracias a dos por vuestra colaboración en el día de hoy, ella Juana María Ruiz Mateos, el Ángel Jiménez Tirado.


Después de trabajo  yo solo tuve que copiar y pegar, tampoco quiero olvidarme de mi hija que aunque está en la trastienda es la que se encarga de arreglar lo que su padre no sabe hacer mejor, he de cortarla aquí en la famosa fuente de parque pero tranquilos que continuara con unas aportaciónes muy Interesante lo antes posible.

CALLES XIII. Tercera parte.




Poco que comentar a la continuación de esta entrada, todo está muy calentito entro ayer en mi correo, solo una pequeña introducción con estas cuatro fotos de los últimos arreglos del parque para continuar con algo muy interesante, uno escrito de mi gran amigo Luis Manuel Marín García.
Hace ya mucho tiempo que le he dicho en más de una ocasión que tiene una pluma exquisita, y no contesta o se ríe, al leer esta entrada lo podréis comprobar,  creo que merece la pena leer y aunque esta muy atareado, cuando le propuse la idea no dudo en decirme que si pero que no se comprometía en tiempo yo diría que ha sacado el tiempo de entre las piedras y aquí lo tenemos, lo bonito que tiene esto es que miras el correo y tienes algo, hoy solo me queda dar la gracias a todos y continuar haciendo.



Aquí podemos ver los alrededores de la fuente.


No conocía ni esta salida ni la palmera y por lo que veo en esta foto los asientos dejaron de ser de piedra, para pasar a madera.


Mis recuerdos de este lugar, son de aquellos bancos de piedra y suelo de arena amarilla.


Según me comentaron ayer, estas son los últimos arreglos del parque.


Mirador, antes de la reforma en la primavera 2013.



VACÍOS (Por Luismarín)


Vacíos, si, vacíos: así se han quedado estos bancos enclavados en ese hermoso mirador del final de nuestro Parque. Sin embargo, apenas hace dos años, en las mañanas soleadas y primaverales de aquellos días, esos mismos bancos estaban llenos de “presencias” y voces qué contaban historias o vivencias personales, eran las voces de los que fueron mis “contertulios” durante un par de meses del ya lejano 2013. Fue casi lo mejor de lo que me pasó en aquella larga estancia en Jimena que duró tres meses: febrero, marzo y abril. Fueron tres meses de un lento transcurrir, fue el tiempo la convalecencia que padecí, ¿o disfruté?, a causa de mi operación del famoso “Aquiles”. Regresé curado y con docenas de amigos que me llevaban veinte o treinta años y, quizás, por esa diferencia de edad  nunca había hablado con ellos en toda mi vida.

La palabra vacío viene del término latino “Vacivus”. El vacío puede ser entendido como la falta de contenido físico o mental. Igualmente, esta acepción puede referirse a la ausencia total de materia o a la carencia de contenido en el interior de un recipiente. El vacío también es un sentimiento humano que se caracteriza por la apatía, la alienación o la depresión. La persona que experimenta ese vacío interno se siente sola y puede sufrir diversos tipos de desórdenes emocionales. El sentimiento de vacío suele desarrollarse a partir de la pérdida de un ser querido. Cuando fallece alguien que ocupa un lugar irreemplazable en nuestra vida, queda un hueco, un espacio vacío. En este sentido, el sentimiento de vacío forma parte del proceso habitual que sigue al dolor que nos invade ante la irreemplazable “ausencia”.

Este último tipo de vacío es el que todavía me sigue invadiendo cuando, en mis frecuentes viajes a Jimena, practico esas saludables “caminatas o marchas” que, casi siempre, incluyen la visita a este tranquilo mirador o atalaya que refleja la foto inicial. Desde la misma puedo deleitarme y abstraerme en la contemplación del espléndido y siempre añorado paisaje. También, tengo la alternativa de “enfrascarme” en la lectura del diario o la de cualquier libro.  Además, nunca viene mal un ligero y merecido descanso después de los varios kilómetros recorridos, algunos de ellos en empinadas cuestas. Últimamente, sobre todo en los días invernales,  lo más habitual es que la soledad sea mi más fiel compañera.

Dice un antiguo refrán castellano que “¡Ojos que no ven corazón que no siente!”, pero no obstante, e intentando superar el dolor que me producen las todavía “frescas” ausencias, sigo acudiendo al reclamo de la “panorámica” que ofrecen los dos asientos referidos. En esos instantes de sosiego y tranquilidad no dejan de acudirme a la mente y al corazón los recuerdos de aquellos momentos que ahora echo tanto de menos y que, al mismo tiempo, fueron tan provechosos gracias a mis compañeros de aquellas horas de “solaz” o recreo y que sirvieron para incrementar mi acervo cultural y anecdótico sobre nuestro pueblo. En esas rememoraciones de aquellos días van incluidas las imágenes de esas personas con las que compartí aquellas conversaciones, ya irrepetibles,  basadas principalmente en historias  y “chascarrillos” de Jimena y sus gentes.

En realidad, entre aquellos longevos jubilados y yo, realizábamos una especie de “trueque” o intercambio de conocimientos. Ellos me daban clases de una asignatura tan importante como “El Tratado sobre la Vida” y yo, por mi parte, les daba pequeñas pinceladas sobre los Palacios, Iglesias o Personajes más célebres de Baeza y Úbeda tan a mano en el cercano horizonte sobrepuesto a la orilla derecha del Guadalquivir. Tampoco se escapaba la historia del Marqués de Viana y sus relaciones de “alcahuete y mamporrero” de Don Alfonso XIII; así como la visita de este último, acompañado del Dictador Primo de Rivera al Palacio de Garciéz. Por supuesto, no dejábamos del “cotilleo” sobre la “leyenda urbana” de Don Eusebio (padre del conocido Don Andrés el Jefe de Correos o Don Andrés el de la Casería de Cánava) el Administrador de las posesiones del citado Marqués en el término de Garciéz y la “saga” de los varios pelirrojos locales, donde todos eran morenos, menos Don Eusebio, que tenía el pelo de un rojo azafranado tipo Vincent Van Gogh.

No puedo dejar de acordarme que allí estábamos sentados en el mediodía del 22 de febrero del 2013 ya señalado. Y como no, con la vista en Baeza, les conté de mi estancia, durante tres cursos, en las aulas del Instituto Santísima Trinidad, tan cercano a la Catedral que perfectamente se distingue y destaca en el perfil de la ciudad que se ve desde ese mirador.  Por supuesto que tampoco me olvidaba de hablarles sobre  Don Antonio Machado y sus años de profesor de francés en esa institución y al mismo tiempo les recordaba que,  en el año próximo (2014), se iba a conmemorar el 75 aniversario de su muerte, acaecida en el pueblecito francés de Colliure a orillas del Mediterráneo. También les recordé como esa figura, tan importante de la Literatura Española y Universal, tuvo que alojarse en una modesta Fonda o Pensión de esa pequeña localidad, que la muerte le llegó en una de las pequeñas camas instaladas en la habitación de la pensión que compartía con su madre, que su intimidad solo estaba separada por una ligera cortina colgado entre los dos estrechos y duros lechos y que su madre solo le sobrevivió tres días. Y claro, allí sentados con el sol del equinoccio de primavera por montera, no pude dejar de contarles que en el bolsillo de la chaqueta arrugada, que era de su hermano José, le encontraron un papel amarillento y arrugado dónde había escrito su último verso un tanto enigmático y solitario:

“Estos días azules / y este sol de la infancia”.

Como un pequeño a homenaje a esas personas mayores que me acompañaron durante aquellos días, a los que ya no están, simplemente los voy a citar textualmente. El orden seguido está marcado por la fecha de la tragedia que supone toda desaparición del mundo de los vivos, la enumeración va de más a menos, en razón del tiempo transcurrido desde que, ya desgraciadamente,  no pudieron volver a sentarse en esos bancos ahora vacíos: Juan “Galano”, Pedro Manuel “Chaquetilla”, Salvador “Marchamalo”, Pepe “Pabilo”, Juan Ramón “El Tato” y Juanito “Solas”.  Pensando en todos ellos, no quiero dejar de creer que es verdad lo que nos dice una vieja y no muy conocida sentencia oriental:

Morir no es desaparecer, sino al contrario, renacer en la mente de los demás”.

Repasando la foto inicial y centrándome en lo que sería la visión frontal desde cualquiera de los bancos, veo aparecer unos arbustos de tallos leñosos o resinosos cuyas hojas están formadas por otras hojuelas más pequeñas de forma “lanceolada”. El  número de ellas puede variar de cuatro a siete y en su conjunto con los tallos forman unas ramas muy suaves al tacto, suavidad debida a la presencia de un fino vello que recubre las hojitas. Esta planta puede alcanzar más de un metro de altura e incluso hasta tres en tierra con riego como les ocurre a estas plantas del Parque: este arbusto se llama “Zumaque”.

Viene a cuento su descripción porque me trae a la memoria, como anécdota curiosa, uno de los temas que se repetía día tras día en la tertulia mañanera. Creo que, no hace falta recordar, la capacidad inagotable que tienen las personas muy mayores para repetir las mismas cosas una y otra vez, como, casi todos, ya habremos comprobado personalmente.

El asunto del “Zumaque” se retomaba a diario porque, conforme iba avanzando la primavera, los arbustos iban creciendo poco a poco y cada vez era más reducida la visión de los “Cerros de Fique” y de los más famosos “Cerros de Úbeda”, con sus Ciudades Monumentales incluidas. Yo mismo, fui un par de veces al Ayuntamiento para pedir que, si era posible, podaran aquellas ramas y que no se perdiera la función esencial de ese sitio tan pintoresco: la de “Mirador”.





 (Curiosamente, entre noviembre y diciembre pasados se talaron por fin las plantas del zumaque y se embelleció el mirador con una valla construida a base de troncos circulares de madera de pino en basto y que, al mismo tiempo,  lo separa y da la seguridad de no rodar por el “laero” que baja hasta el camino de la “Romaniente”. Otra vez, salvo cuando lo impiden las nieblas que algunos días se levantan del Guadalquivir por la parte del “Puente de Mazuecos”, el horizonte aparece limpio de toda clase de obstáculos).



Cuando empezábamos a hablar del zumaque, el primero que hacía su aportación era Juanito “Solas”: nos decía que, cociendo sus hojas,  mezclándolas con nueces de ciprés y cortezas de granada, más un componente “secreto” que, sólo él conocía, fabricaba una pomada que servía para cicatrizar heridas y reducir inflamaciones. Después, era Pepe “Pabilo”: nos repetía una y otra vez, que su padre, “El Tío Pabilo”, cocía durante unos minutos un puñado de esas hojas en un litro de agua y que se tomaba cada día dos tazas cuando tenía diarreas o “cagaleras”, la desaparición de las mismas era inmediata gracias al “zumaque”. Por último, intervenía Juan Ramón “El Tato”: nos hablaba de su uso para conservar fresca la fruta que “acarreaban” y vendían en los “mercaos” de Úbeda, Baeza o Linares.  Había que cubrir bien los cajones con ramas de zumaque que, a lomos de borrico o mula, llevaban a las plazas citadas los “arrieros” como él y su hermano Alejandro o el padre de “Margarito” y otros. Nos contaba de sus viajes a pié que duraban de doce a catorce horas cuando les tocaba ir a Linares. Había que salir de Jimena de noche temprana para llegar a primeras horas de la mañana a la Plaza de Abastos e instalar sus puestos de venta al público. Todos los jimenatos, ya de una edad, conocemos la famosa recomendación para viajar de noche hasta la Ciudad Minera: “Andar y andar y Jabalquinto a la par”.

En fin, historias para una buena novela de posguerra o de los “años del hambre”, como también se conoce a esa época. Relatos increíbles de las peripecias y aventuras que padecieron estos hombres en sus viajes forzosos por toda España en busca de unos jornales que en el pueblo no tenían. Una lista interminable de las necesidades, penurias o enfermedades derivadas de una deficiente y escasa alimentación, dura y larga lista que forma parte de la vida de estas personas que, con un coraje inmensurable, desempeñando los trabajos más penosos, con esfuerzos y sudores sin fin,  fueron capaces de sacar adelante a sus mujeres e hijos. Si a algunos de estos hombres se añade la condición de “represaliado político” del franquismo con penas de cárcel o destierro, simplemente por haber sido soldados del Ejército de la República, la situación ya se transformaba en dramática y trágica a la vez.
Pero como por desgracia todos sabemos desde edad temprana, la “Vieja de la Guadaña” no perdona y contribuye con todo su empeño a que se haga realidad la inapelable sentencia bíblica de "Polvus eris et in polvus reverteris" (Polvo eres y en polvo te convertirás). Camilo José Cela en algunas de sus conocidas novelas (no recuerdo si en " La colmena" o en " La familia de Pascual Duarte") ponía en boca de uno de sus personajes las siguientes o parecidas palabras: La muerte llama, uno a uno a todos los hombres y a las mujeres todos, sin olvidarse de uno solo-!Dios que fatal memoria!-, y los que por ahora nos vamos librando, saltando de bache en bache como mariposas o gacelas, jamas llegamos a creer que lo mismo sucederá con nosotros y que, algún día, experimentaremos como se cumple ese cruel designio. 

Otra vez, cuando llegue la próxima primavera y podamos constatar como esas plantas de zumaque comienzan a crecer pausadamente nos podremos hacer la pregunta que se hacía el catedrático de economía y novelista, ya fallecido, José Luis Sampedro: “¿Por qué, por qué los árboles tienen tantas primaveras en su vida y el hombre sólo una? ¿Por qué esa única primavera humana les es destrozada y arrebatada a tantos?”
Igualmente, no nos vendría mal recordar algo que nuestro vecino de la cercana Úbeda, Antonio Muñoz Molina, escribía hace unos meses: La muerte de alguien cercano empuja el tiempo de nuestra vida hacia el pasado. Cuando uno va cumpliendo años, el pasado de los que se han ido empieza a ser el nuestro. Con cada muerte sucesiva una parte de nuestra propia vida se va quedando más lejos, y uno descubre con gradual estupor que tiene recuerdos muy claros de cosas que para muchos otros, más jóvenes que nosotros, esos recuerdos están al otro lado de la frontera de su nacimiento”.
Gustavo Adolfo Bécquer, en una de sus “Rimas”, concretamente en la LXXIII, utiliza un estribillo bastante citado y el cual voy a transcribir utilizando una de las estrofas que componen esa Rima:

“De la alta campana 
 la lengua de hierro 
 le dio volteando 
 su adiós lastimero.
El luto en las ropas, 
 amigos y deudos 
 cruzaron en fila 
 formando el cortejo.
¡Dios mío, qué solos 
                    se quedan los muertos.” (Estribillo)





El poeta murió muy joven, solo tenía treinta y cuatro años, quizás si hubiera vivido algunos años más ese estribillo lo hubiera cambiado y nos habría dejado este otro:



¡Dios mío qué solos 
 se quedan los vivos!






PD: Desde que era muy joven, cada vez que bajaba al cementerio para acompañar a los familiares y amigos dolientes, oía muchas veces decir a las personas que por entonces yo veía como mayores exclamar esta frase: ¡Tengo más conocidos aquí que en el pueblo!. Desgraciadamente desde hace unos años a mí, ya me ocurre lo mismo.










Bonito Rincón.


Bonito Rincón.




Con estas Bonitas fotos y este gran escrito dejamos el parque y continuamos para Cánava, muchas gracias Juani y  Luis, a ella por el detalle de cojer la maquina y hacer estas bonitas fotos  y a Luis por ese gran escrito, como siempre quedo redondo es una delicia el trabajar con vosotros.




Con esta primera parte y como siempre he de daros las
 gracias a todos vosotros, sobre todo a unos por seguirme, 
 a otros por ayudarme en esta entrada, jamás cuando empecé
esta aventura pensé que en menos de dos años este
 modesto blog tuviese más de 17.800 visitas 
y una media de 90 visitas día en este
 último mes.
Espero que os guste

CALLES XIII. Cuarta parte.



Que tardáramos tanto tiempo en llegar a Cánava, era algo normal en aquellos días de vacaciones de agosto cuando la familia hacia nada más llegar su primer paseo, era normal el tener que pararse a saludar a la gente y por lo tanto se hacían un montón de paradas y aquello duraba e incluso alguna vez ni se llegaba.

En este caso ha sido diferente, no me he ido parando con unos y con otros como pasaba en mis salidas, sino que se ha ido retrasando porque cada día han ido apareciendo más material y más ayuda , hemos tenido que hacer y rehacer en varias ocasiones y continuamos con un recuerdo muy especial para aquel mítico lugar llamado los Jimenatos, quien no recuerda a Alejando o Juanito en la barra,  a Marina en la cocina, pero la vida sigue y todo cambio y paso a llamarse  Monterrey  por cierto a día de hoy  precisamente fue en ese lugar  donde dormí por última vez en Jimena y mi recuerdo o mi paso por aquel lugar es inolvidable por diferentes motivos, era final de octubre hasta el cuatro de noviembre de 2009 que salimos camino de Murcia,  pero la mayor parte de las fotos son  muy recientes me las ha facilitado María Montiel.




Como olvidarse de aquellos veranos en "los Jimenatos",
 con Marina en la cocina y Alejando en la barra.

 

Este  paseo que hay desde el parque hasta el cruce era nuevo para mí aquí lo tenemos junto al aparcamiento de lo que fue los Jimenatos.

Vista del Hotel desde el aparcamiento 2015.


Siempre recuerdo esto llego de mesas y de gente en 
los veranos de los años ochenta.



Como ha cambiado todo.


Quien de nosotros no se recuerda de subir aquellas escaleras de fondo y encontrarse con a que profesional  detrás de la barra llamado Alejandro.


Como podréis ver aquí esta foto es del 1 de noviembre de 2009  en esta doble entrada se pueden comparar y ver el paso de los años ,en este recorrido tan familiar para los jimenatos con fotos de 2009, 2011, 2012,2013 y 20015.


 Siempre recordare este lugar con menos indicadores  y un árbol muy peculiar.


Quien no recuerda la famosa curva de la cascada,
 por la carretera de Bedmar.



Tomamos la carretera de Albanchez  para llegar a Cánava
 pero sin ningún árbol que nos de sombra.



Con estas últimas fotos y después de muchas paradas nos hemos colocado a la entrada de este lugar maravilloso lugar llamado Cánava, siempre  ha sido una de las insignias de todos los Jimenatos y Jimenatas. He de deciros que algunas de las fotos están calentitas, espero que os guste la partición y el reajuste de esta entrada, todo la documentación que llegue a mis manos creo que debe de ser colocada lo antes posible.


CALLEJONES.



Desde el primer momento que empecé con esta aventura pensé un título, que después de consultarlo con algunos de vosotros  decidimos modificar, las tres palabras principales fueron pueblo ,raíces y recuerdos , esto decidí compartirlo y contar con vosotros  y aquí tenéis un ejemplo más, yo aquí solo copie  pegue, si os gusta las culpables son  Montiel que fue quien hizo las fotos y Ana Cruz que desde que le pedí que lo hiciese, no lo dudó ni un momento, yo solo de dije que si mientras lo escribía dejaba de pensar en otras cosas que posiblemente les quiten el sueño, yo con eso poquito me conformaba y la verdad lo que nos ha escrito creo que merece la pena leerlo, yo aquí solo hice lo que estas dos mujeres han plasmado con tanto acierto Gracias María gracias Ana por todo, como siempre fue un placer, contar con este tipo de colaboradoras lo habéis bordado.





DESDE LA DISTANCIA

Nostalgia…, melancolía…, alegría salpicada de tristeza…, sentimientos que se mezclan pellizcándome el corazón, causándome, sin remedio, la evocación de mil recuerdos de aquella etapa de mi vida, donde esa estrecha callejuela, que en sus diferentes ángulos ha captado, maravillosamente, el amigo Juan, fue testigo de una parte de mi niñez y adolescencia.
No nací en esa calle, sin embargo y dada mi edad cuando llegué a ella, los mayores recuerdos de mi vida en Jimena, los tengo de esa casa.  Al contemplar hoy su fachada, en estas actuales fotos, busco las posibles diferencias que pudiera tener con la otrora que yo dejé hace ya 51 años. Realmente, casi me pasan desapercibidos; como tampoco observo grandes cambios  en las otras casas que allí existen, sin embargo, no dudo que tal vez en su interior pudiera haber alguna modificación.



Aunque pensándolo bien…, si dejara de mirar ese callejón, esas casas, desde un ángulo meramente físico y permitiera  que mis lejanos, pero siempre leales recuerdos, se hicieran presentes, colocándole su ángulo emotivo a este profundo escudriñar, entonces sí, sí que podría hablar de un enorme cambio…de una gran diferencia en esa calle…y se llama:  ¡VIDA! 

Sí, VIDA…, la VIDA que se sentía…, se respiraba…, se compartía…, en esa inolvidable callejuela que mi memoria, desde el año 1964, guarda celosamente, y que contrasta, lastimosamente para mi sentir, con la fría soledad de la actual  imagen…¡cómo quisiera transmitirle a esas maravillosas tomas de la calle, el calor de la VIDA que un día impregnó sus paredes…!

Mis recuerdos se hacen presentes…, fluidos… y entonces  me hablan de toda una vida llena de anécdotas en aquel callejón: mi casa, la que por un tiempo fue mi hogar, habitada por mi madre, Manuela (La Nevá)y nosotras, sus 4 hijas (María Josefa, Ana, Paqui y More). Mi casa, siempre con gente, pues para ese entonces mi madre era una de las primeras peluqueras de Jimena, y por considerarse a  las jimenatas como  mujeres de querer verse siempre “bien puestas”, era comprensible que mi mamá siempre tuviera clientas para arreglarse el cabello. Nosotras, por nuestra edad, también colaborábamos para que en el ambiente de aquella calle, estuviese cargado del  bullicio normal y característico de niñas de nuestra edad…risas, llantos, juegos, enojos…
La siguiente casa a la nuestra, buscando hacía los escalones, vivía un joven matrimonio: Mariano Gámez y María Roldán, con su hija Cati (para esa fecha, era la única hija que recuerdo de aquella querida pareja).  Para mi grata sorpresa, en el año 2.010, cuando felizmente descubrí el Foro de Jimena y me reencontré, virtualmente, con nuestro pueblo y su gente, el amigo Mariano me explicó el parentesco de él con aquel Mariano que yo conocí como mi buen vecino: resultó ser su tío.


Continuando por la misma línea, la casa que se aprecia en la esquina, era de la señora Juana (la pachancha); realmente no recuerdo el apellido, por lo que pido disculpas por el mote, pero esto es algo casi “imposible” de obviar en Jimena, a la hora de identificar a las personas.  Su esposo creo que se llamaba Diego, pero de lo que sí estoy segura, es quien era su única hija y cómo se llamaba: Catalina.  A élla la recuerdo perfectamente, pues como siempre fui bastante romántica, me gustaba saber sobre los noviazgos de las “mocicas” que en mi entorno había.  De ahí que me encantara ver cuándo, Andrés (el de Lete), iba a hacerle la visita a Catalina.  Posteriormente, está linda pareja se casaron y tuve la dicha de conocer a su primogénita: Cati.

Ya, en la última casa, al borde de los escalones, vivía una señora llamada María, con dos hijas.  Lamentablemente, la memoria de mi madre, no me ha ayudado mucho a recordar sobre esta familia. Algo que nunca olvidaré y especialmente mi hermana Paqui, tiene que ver con la ventana que quedaba, justamente, arriba de la puerta de esta señora María:  resulta que esa ventana, pertenecía a la casa de un señor llamado Juán (por mote: el mecánico), aunque dicha casa tenía su puerta por la carretera debajo de los escalones (a mano derecha). Pues bien, la tal ventana, servía de “escenario” para que el señor Juán, disfrazado de cualquier cosa, se asomara a élla  e intentara asustar y aminorar el “geniecito” que se gastaba mi hermanita Paqui. Realmente nunca lo lograba:  Paqui siempre lo reconocía…

 El callejón no tiene muchas casas; de hecho, en la pared de enfrente a la que fue mi casa, no existe ninguna. Si miro las tomas de las fotos que van hacía el pilar (tengo entendido que ya no existe), me encuentro con la puerta que está al lado de mi casa: era el corral de los Canaveros, y lógicamente, por no ser su  residencia, ellos iban muy eventualmente allí; de manera que no tengo mayores recuerdos de ellos. 


Luego continúo por la misma vía y ya no existen más casas en ese pequeño trayecto del callejón.  En mi recuerdo se hace presente la imagen de aquel pequeño pilar, cómplice de los múltiples e inquietos pensamientos que fluían en mi adolescente cabecita, mientras contemplaba cómo aquel chorro de cristalina agua, llenaba hasta rebosar, el cántaro, o cualquier otro recipiente que mi madre considerara últil para las necesidades de la familia.  Me gustaba ir a buscar agua en verano, ¡era tan agradable refrescarse directamente de la fuente…!, no así en invierno. Ese trazo de calle era muy transitado por todas mis hermanas, pues además de que debíamos ir a buscar el agua al pilar, realmente era por esa vía donde nos gustaba bajar a la plaza, o ir a cualquier parte del pueblo.  Yo, particularmente, la transitaba con más razón, no en vano era en aquella Calle El Cerrillo donde, no sólo vivía mi amiga Nani, (como mi madre la llamaba: la de Luisita),  sino que también vivía mi otra gran y querida amiga:  Mari (LaParpala).


Otro recuerdo que se hace presente es el de la inolvidable vecina:  la señora Josefa (La Parpala). Aunque en el mencionado callejón sólo daba una pequeña ventana, pues su casa tenía la entrada por la carretera, es decir, bajando los escalones, a mano izquierda, la relación con esta maravillosa familia fue sumamente intensa;  tanto que, a pesar del tiempo transcurrido, mi memoria mantiene archivadas  muchísimas y gratas anécdotas con Josefa, con su esposo Diego y con sus hijas Ventura y Lore.  Esta familia fue para mi madre, una enorme ayuda en aquellos tiempos, cuando a mi mamá le correspondió cumplir con diferentes roles:  madre, padre, peluquera…, siempre estaban dispuestos a “echarnos un ojito” cuando mi madre, por razones de su trabajo, debía ausentarse.  Tal vez no sea apropiado, en este escrito, ahondar en estos recuerdos; sin embargo, no puedo evitar mencionar aquel olor a jazmines que impregnaba todo el callejón y que provenía de una gran maceta que Josefa mantenía en el rincón de su fachada.  Como tampoco puedo obviar el recuerdo de otra escena romántica: el noviazgo de su hija Ventura con Cristóbal…a pesar de mi tempranera edad, ¡me encantaba jugar con la imaginación y soñar con rosados idilios…!


Mi memoria auditiva también fluye y me trae un recuerdo…    aquel que me habla de unos intensos e inconfundibles sonidos:  la inolvidable fragua de Fernando (el herrero).  Desde mi casa no se veía lo que en esa fragua sucedía, pues al frente de nuestra fachada, apenas teníamos la pared que conformaba la parte trasera de dicho negocio; obstante, resultaba fácil adivinarlo por los diferentes sonidos que se oían.  Recuerdo siempre los comentarios agradables que tenían Fernando y su padre para con nosotras.

Vuelvo a mirar las actuales fotos y quisiera colocar en éllas todas esas imágenes…, sonidos…, olores…, que mis recuerdos me traen de aquella mi estrecha callejuela…, unos vecinos sentados en las puertas, disfrutando de la tertulia en una noche veraniega…, hablando de las cosas simples de la vida…Me parece oírles cuando yo llegaba de jugar, o de disfrutar del paseo con mis amigas, me preguntaban:  -“¿nena, de dónde vienes?”.  Igualmente recuerdo los comentarios que siempre nos hacían, cuando en las frías mañanas de invierno  íbamos a la escuela: - “a la nena, abrígate y cuidao con el brasero”; o bien, cuando salíamos muy bien arregladitas con la “ropa dominguera”:  -“oi nena, que guapas vas”.

Tal vez en el transcurrir del tiempo, las casas de mi recordado callejón hayan cambiado de propietarios; tal vez existan, actualmente, otros olores, otros sonidos, que para algunos resulten muy significativos…, tal vez…, pero en mi corazón viven prendidos, muy profundamente, aquellos que me traje cuando era apenas una adolescente…, Tanto así que hoy, al contemplar estas fotos y después de 51 años en la distancia, siento esta amalgama de sentires, de emociones:  inmensa alegría de volver a mirar la que fue mi casa, mi calle…, inmensa nostalgia y melancolía al dejar fluir mis recuerdos…, e inmensa tristeza de no lograr percibir, en estas imágenes, el calor de aquella VIDA que en esa callejuela un tiempo habitó…


Nuestra Señora de los Remedios


Nuestra Señora de los Remedios


Carretera Alta.


Fin de Nuestra Señora de los Remedios.



Hoy solo os puedo decir una cosa,
creo que el principal motivo de mi idea, se ha
cumplido, conseguí entretener a Ana
mientras lo escribía el resto es
 cosa vuestra leer y juzgarlo,
esos son parte de sus recuerdos.


CALLES XIV. 

Un paseo por la calle Bella y sus aledaños.


Habíamos dejado este apartado un poco abandonado y creo que merece la pena el retomarlo pues esto es algo que para muchos de nosotros todos estos lugares nos traen muchos y gratos recuerdos de la niñez.
Este será uno de los últimos paseos por las calles de jimena por ahora y como no podía ser de otra manera intentare ponerle algo más de ilusión, rapidamente sabreis él porque.
Quien me iba a decir que íbamos a terminar estos paseos por  nuestro pueblo la calle bella, después haber recorrido prácticamente todo el pueblo y habernos quedado a las puertas de Canavá, aún nos queda material en la recamara para seguir haciendo algo que tanto me gusta. Muchas gracias.

Hoy,  retomamos de nuevo estos paseos,  y continuamos por la parte baja del pueblo. Habíamos salido de las cuatro esquinas para todos los lados, pero la calle bella y sus aledaños habían quedado prácticamente fuera. Esta entrada está dedicada a varias personas, en un primer lugar y por edad, a Manuel Sena Fernández, para los amigos Manolo,  que aunque hace mucho que se fue de Jimena y no pisa ese lugar, la recuerda con mucho cariño, desde su lugar de residencia en Málaga, a mi amigo Antonio García Amezcua, que conoce muy bien esta zona del pueblo , tampoco puedo olvidarme de Blasi Ruiz, todos ellos de niños rompieron  muchos zapatos por estos lugares y estoy seguro que a dia de hoy les encantara verlos otra vez en estas fotos, va por vosotros.   


Como no,  aparecen en mi memoria ciertos recuerdos de personas que ya por desgracia,  no están con nosotros, algo que es inevitable.  Siendo pequeño el que escribe andaba con ellos por estos lugares. También quiero dedicar un pequeño agradecimiento a esas dos personas que están en la trastienda,  mis hijas.  Que desde Barcelona y Múnich,  aunque están muy atareadas,   siempre tienen un momento para corregir a este modesto aprendiz que no sabe hacerlo mejor pero que con su ayuda siempre mejora  y mucho.


Esta imagen no está en mi memoria.  Al fondo está  el pilón,  y la casa de doña Aniceta, que yo la recuerdo siempre como aquella casa grande (Sindicato) donde estaba Juan Mejías y José María Sannicolas. En alguna ocasión fui con mi padre para aquellos de los sellos.


Esta foto se hizo justamente desde los escalones que hay subiendo del pilón a la calle bella.  No se ve la puerta de Antonio Maleno, que menciono en la fotografía anterior. Recuerdo entrar a esa casa cuando iba  con Antonio Maleno alguna que otra vez,  y sobre todo,  más tarde cuando  Gil iba a ver a su a la abuela.




Esta se hizo desde el lado inverso de la anterior. Tan  solo recuerdo El sindicato con aquellas banderas en el balcón,  y a Bartolomé Gámez como el ayudante de Mejías y José María San Nicolás.



No conozco nada del interior de este lugar,  que es el mismo de la anterior, espero que alguien me diga el nombre de la calle.


De este lugar sí que tengo recuerdos y muchos.  Pero,  esta foto para Manuel Sena Fernández (hijo de uno de los notarios que paso por Jimena en los años  30) , se que le trae unos gratos recuerdos. Esa casa de la izquierda,  es donde se crio.  En más de una ocasión,  me ha comentado que la recuerda perfectamente.
Más al fondo,  era el lugar donde vivió EL sacerdote llamado don Salvador Calvo Pinto. Puerta con puerta vivió Chicorrete, uno de los músicos de Jimena,  que se desvivía cuando veía a mi abuela Juana Ramona.  Y, para terminar un gran recuerdo, la pared que hay al fondo y en lo alto es la pared trasera de la casa donde él que escribe vino al mundo.


Gratos recuerdos al ver  a la izquierda "la regeneradora".  Aquella fábrica de aceite en la que algunos de los molineros fueron, el padre de Luis el de Juan de Soto, Panera, Manuel Gila y Cristóbal Azuceno entre otros, les recuerdo perfectamente porque en más de una ocasión Yo fui a llevar con los mulos y la borrica la aceituna de Francisco Garrido, el abuelo de mi primo Francisco, concretamente las de la  postura y el marqués. 
Y como olvidar la  primera casa de la derecha, allí vivió mi amigo Andrés Varillas, que por desgracia ya hace tiempo que nos dejó. Desde aquí mi recuerdo para esta gran persona que fue Andrés.


Esta foto se hizo desde la puerta de la regeneradora a la subida de las casillas. Aquí,  ya siendo algo mayor, tengo dos recuerdos.  El primero,  ir con mi amigo Gil a llenar los comederos y bebederos de la granja,  que en su día monto Pedrito el de las escribanas. El segundo y mucho más cercano, a mediados de los ochenta, iba con mi hija mayor por las tardes, cuando estábamos de vacaciones a buscar los huevos a mi madre a la granja, que  regentaba José,  el padre de  la Cuadritos.


Aquí también tengo un grato recuerdo. En la puerta de bajada a la izquierda,  entré en numerosos ocasiones, esta era la casa de los abuelos de mi amigo Bernabé Lozano Ruiz,  otro que también nos ha dejado no hace mucho tiempo.  Desde aquí mi recuerdo también para él.
 La diferencia está que  en la parte de la derecha mis recuerdo se remontan a la pared de los trojes de la regeneradora.


Aquí la calle inconfundible. Seguimos bajando de la regeneradora camino del cementerio y me encuentro con otra sorpresa, lo que antiguamente era la fábrica de aceite del piojo (fábrica de la que mi padre fue molinero y que yo nunca vi abierta)se ha transformado  aquel solar pasados los años,  en el lugar donde se hicieron  casas, esto he de decir que sí que lo he visto, pero cuando he pasado con el coche.


De este tramo sí que recuerdo varias cosas.  incluso la foto de mi memoria está un poco más abajo.  Subiendo a la derecha,  la casa de José el Corneta,  otro de mis quintos, con aquella cruz en la fachada.  Más arriba, la carpintería de Andrés Garzón, lugar que fui en más de una ocasión con mi amigo Paco su hijo.Más arriba el Zopo,  aquel señor que nos arreglaba los zapatos y en la parte contraria,  la cuadra de mis primos Martin y Juanito "los Chaquetillas".También  La casa de Blasi Ruiz y la de su Primo Pedro Manuel Viedma Molina,  y por último aquel parral que había más arriba.


Camino del cementerio. Mis recuerdos de esta calle,  están ligados a cierto momentos muy duros para mí, pero eso,  queda en mi mochila. En marzo, como llovía aquel día y en mayo  que calor hacía,  recuerdo subir con una gran calor,  la camisa chorreando,  pero con una conversación impresionante de mis recuerdos.  Mi primo Martin León Muñoz,  me puso al corriente de gran parte de mi árbol genealógico, que lección tan grande me dio aquel día, nunca  la olvidaré y que conste,  que gracias  a su gran memoria hemos podido juntar unos datos de la familia que posiblemente se hubiesen perdido.

Que trabajo cuesta subir esta gran cuesta.



AQUÍ LA TENEIS TERMINADA,
CREO QUE QUEDO BIEN,
ESPERO QUE OS GUSTE.





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