miércoles, 1 de febrero de 2017

BANDAS DE MÚSICA II


Jimena, sus Músicos y sus Bandas.

El Maestro  deja Jimena para su  incorporación a la banda de Morón de la Frontera Sevilla en 1946.. poco a poco iremos colocando la diferente documentación que hemos recopilado del maestro, a su paso por  la provincia de Sevilla.







EL MAESTRO FRANCISCO MARTÍNEZ QUESADA (1907-1973)

Nació en Jimena (Jaén) el 11-11-1907 y falleció en Morón de la Frontera (Sevilla) el 1-5-1973. Hijo de Manuel M. Medina e Isabel Q. Jiménez. Tuvo cuatro hermanos más, todos varones: Francisco (no hay error, así quedó registrado en el juzgado), Juan, Manuel y José. Todos con conocimientos musicales, y Manuel y José formaron con él en la Banda de Música de Jimena. Casado con María Martínez, tuvo tres hijas: Isabel, María y Francisca.

Su hermano Manuel dirigió la banda de música de Torres de 1943 hasta primeros de 1947, año en que falleció. Casualidades de la vida, le ofrecieron ir a ocupar el puesto de la banda de Morón de la Frontera, pero ya enfermo no pudo ir.

Su hermano José regresó de la banda de Soria, para relevarle en la dirección de la banda de Albanchez (1945-1949), dirigir posteriormente la de Solera y Torres (1950-1951) pasar por la de Puente Genil, y volver en 1952 a la de Soria, donde se jubiló en 1983.

Desde muy joven tuvo inquietudes intelectuales y musicales. Hizo estudios de violín, piano, armonía, instrumentación, dirección de banda y orquestación con los maestros Farfán, López, Nuño y  Emilio Cebrián, siendo el discípulo predilecto de este último (uno de los mejores directores de banda de España). (1)

En 1928 compuso la obra Nuestra Señora de los Remedios, en honor a la patrona de Jimena. Al poco tiempo, pasa a dirigir la banda de música de Jimena, que llegó a ser una  de las mejores de la provincia de Jaén.

En el periodo 1942-1945, compartió la dirección de la banda de Jimena y Albanchez, donde creó la escuela de Música (1944) y compuso el Himno oficial de este pueblo.

En 1945 marcha a Pruna (Sevilla), realizando una labor muy estimable, dedicándose también a la enseñanza musical. Hasta esa fecha, tenía ya ganados cuatro premios de instrumentación,  dos en concursos de bandas, tras dirigir durante trece años la banda de su pueblo natal. (1)

En 1946 acude con la banda de Pruna, en Semana Santa y septiembre, a Morón de la Frontera, donde contacta con él el alcalde, D. José Sánchez García, general retirado del ejército, quien le anima a trasladarse a Morón  y organizar la banda. Aceptado el cargo, a fines de 1947 actúa por primera vez públicamente la banda, aún en trajes de paisano.

Fue el 19 de marzo de 1948 cuando da el primer concierto oficial, con la presencia de altas personalidades locales y de la provincia. (Según informaciones de la época). Prácticamente de la nada, comenzó con 29 muchachos,  hasta llegar a tener,  años más tarde,  gracias a su constancia, 58 ejecutantes, que bajo su sabia batuta actuaron en más de 50 localidades de las provincias de Sevilla, Cádiz, Málaga y Badajoz. El repertorio pasa de las trescientas partituras.

La banda de Morón llegó a conseguir el galardón de ser el grupo musical de provincia más destacado de la región, como lo prueba los numerosos premios conseguidos en certámenes, tanto de Andalucía como Extremadura. Entre otros, le fue otorgado el segundo premio interregional en un concurso de bandas, celebrado en 1956 en Extremadura, y estaba en posesión de muchos votos de confianza por altas personalidades del país. Por ello don Francisco, al frente de la corporación que él fundara, es conocido en cientos de ciudades de todo el territorio nacional.

A lo largo de estos más de veinticinco años, formaría a más de 500 músicos, no sólo profesionalmente, sino, al decir de sus alumnos y cuantos le conocieron, desde su rica experiencia y sabiduría intelectual y humana.

El municipio supo agradecer, en vida, cuanto hizo por Morón, en un homenaje multitudinario al que acudieron más de tres mil personas de todos los puntos de Andalucía.

Su muerte prematura en 1973, cuando aún no había cumplido los 66 años, hizo que el pueblo de Morón se echara a la calle para acompañar el paso de su féretro, a hombros de sus músicos, que arropaban su cadáver entre un inmenso silencio solo roto por los compases de la marcha “Nuestra Señora de los Remedios”, que él mismo compusiera con su inspiración en honor de la Patrona de Jimena, su pueblo natal.

Al mes siguiente, el pleno de del Excmo. Ayuntamiento de Morón, haciéndose eco del sentir popular, decide, por unanimidad, homenajearle rotulando con su nombre el antiguo Paseo de la Talega, donde se colocó una placa conmemorativa.
Tiempo después, unos jardines públicos de Morón también llevarán su nombre.

Pero al decir de todos cuantos le conocieron, alumnos, contertulios, amigos y vecinos, además de ser un músico extraordinario,  era un hombre excepcional, un gran hombre, sensible, sencillo y bueno. Tenaz en el trabajo, comprensivo, recto y disciplinado, tanto en su trabajo como en el trato con los amigos de tertulia. Entregado totalmente a la educación de sus alumnos, su labor docente y no sólo musical, haciendo de ellos hombres de buen provecho.

Quienes tuvieron la suerte de tratarle cuentan que era un pozo de conocimientos, dando gusto escucharle de cualquier tema, aunque podían destacar la historia, la política y la literatura. Lector impenitente, solía leer todo tipo de género,  ya en sus años jóvenes  fue en su pueblo, Jimena,  corresponsal-distribuidor de la prensa provincial y nacional que llegaba al pueblo.

Fue un perfecto comunicador, defensor de la libertad y enemigo de las injusticias, e incansable defensor de unos principios, que no eran otros que la dignificación del hombre, por ser sujeto inteligente. A sus alumnos los arengaba frecuentemente con esta frase: … la cultura no es un sustituto de la vida, ni sirve sólo para entender cosas que otros no entienden. La cultura es la llave que abre las puertas de la libertad, del éxito. Y esta otra, recogida de Manuel Azaña, que solía repetir una y otra vez: la libertad no hace felices a los hombres, les hace hombres.

Como oí decir a un señor de Morón veintitantos años después de su muerte: D. Francisco fue un hombre de luz, que iluminó con su ser y su ejemplo a cuantos tuvimos la suerte de conocerlo y tratarlo.

(1)(Diccionario Enciclopédico de la Música. Apéndice de 1952. pág. 216. Barcelona).  




















Tardamos mucho tiempo en reunir, ordenar, organizar y trabajar toda esta documentación, pero creo que mereció la pena, no sé porque desde el primer momento en que empezamos con esto, día tras día se fue engrescando esto  apareciendo documentación y más datos y a medida que esto sucedía aumentaba la ilusión, en  esto ha sido mucha la gente que ha participado y espero no defraudar a nadie, yo solo puedo decir una cosa, si ellos disfrutan leyéndolo la mitad o menos de lo que yo he disfrutado haciéndolo ya me daré por satisfecho, espero que os guste y tranquilos que aún queda mucho y bueno.

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