Jimena, sus Músicos y sus Bandas.
El Maestro deja
Jimena para su incorporación a la banda de
Morón de la Frontera Sevilla en 1946.. poco a poco iremos colocando la diferente
documentación que hemos recopilado del maestro, a su paso por la provincia de Sevilla.
EL MAESTRO
FRANCISCO MARTÍNEZ QUESADA (1907-1973)
Nació en Jimena (Jaén) el
11-11-1907 y falleció en Morón de la Frontera (Sevilla) el 1-5-1973. Hijo de Manuel M.
Medina e Isabel Q. Jiménez. Tuvo cuatro hermanos más, todos varones: Francisco
(no hay error, así quedó registrado en el juzgado), Juan, Manuel y José. Todos
con conocimientos musicales, y Manuel y José formaron con él en la Banda de Música de Jimena.
Casado con María Martínez, tuvo tres hijas: Isabel, María y Francisca.
Su hermano Manuel dirigió
la banda de música de Torres de 1943 hasta primeros de 1947, año en que
falleció. Casualidades de la vida, le ofrecieron ir a ocupar el puesto de la
banda de Morón de la Frontera ,
pero ya enfermo no pudo ir.
Su hermano José regresó de la
banda de Soria, para relevarle en la dirección de la banda de Albanchez
(1945-1949), dirigir posteriormente la de Solera y Torres (1950-1951) pasar por
la de Puente Genil, y volver en 1952
a la de Soria, donde se jubiló en 1983.
Desde muy joven tuvo
inquietudes intelectuales y musicales. Hizo estudios de violín, piano, armonía,
instrumentación, dirección de banda y orquestación con los maestros Farfán,
López, Nuño y Emilio Cebrián, siendo el
discípulo predilecto de este último (uno de los mejores directores de banda de España).
(1)
En 1928 compuso la obra
Nuestra Señora de los Remedios, en honor a la patrona de Jimena. Al poco tiempo,
pasa a dirigir la banda de música de Jimena, que llegó a ser una de las mejores de la provincia de Jaén.
En el periodo 1942-1945,
compartió la dirección de la banda de Jimena y Albanchez, donde creó la escuela
de Música (1944) y compuso el Himno oficial de este pueblo.
En 1945 marcha a Pruna
(Sevilla), realizando una labor muy estimable, dedicándose también a la
enseñanza musical. Hasta esa fecha, tenía ya ganados cuatro premios de
instrumentación, dos en concursos de
bandas, tras dirigir durante trece años la banda de su pueblo natal. (1)
En 1946 acude con la banda
de Pruna, en Semana Santa y septiembre, a Morón de la Frontera , donde contacta
con él el alcalde, D. José Sánchez García, general retirado del ejército, quien
le anima a trasladarse a Morón y organizar
la banda. Aceptado el cargo, a fines de 1947 actúa por primera vez públicamente
la banda, aún en trajes de paisano.
Fue el 19 de marzo de 1948 cuando
da el primer concierto oficial, con la presencia de altas personalidades
locales y de la provincia. (Según informaciones de la época). Prácticamente de
la nada, comenzó con 29 muchachos, hasta
llegar a tener, años más tarde, gracias a su constancia, 58 ejecutantes, que
bajo su sabia batuta actuaron en más de 50 localidades de las provincias de
Sevilla, Cádiz, Málaga y Badajoz. El repertorio pasa de las trescientas
partituras.
La banda de Morón llegó a
conseguir el galardón de ser el grupo musical de provincia más destacado de la
región, como lo prueba los numerosos premios conseguidos en certámenes, tanto
de Andalucía como Extremadura. Entre otros, le fue otorgado el segundo premio interregional
en un concurso de bandas, celebrado en 1956 en Extremadura, y estaba en
posesión de muchos votos de confianza por altas personalidades del país. Por
ello don Francisco, al frente de la corporación que él fundara, es conocido en
cientos de ciudades de todo el territorio nacional.
A lo largo de estos más de
veinticinco años, formaría a más de 500 músicos, no sólo profesionalmente,
sino, al decir de sus alumnos y cuantos le conocieron, desde su rica
experiencia y sabiduría intelectual y humana.
El municipio supo
agradecer, en vida, cuanto hizo por Morón, en un homenaje multitudinario al que
acudieron más de tres mil personas de todos los puntos de Andalucía.
Su muerte prematura en
1973, cuando aún no había cumplido los 66 años, hizo que el pueblo de Morón se
echara a la calle para acompañar el paso de su féretro, a hombros de sus
músicos, que arropaban su cadáver entre un inmenso silencio solo roto por los
compases de la marcha “Nuestra Señora de los Remedios”, que él mismo compusiera
con su inspiración en honor de la
Patrona de Jimena, su pueblo natal.
Al mes siguiente, el pleno
de del Excmo. Ayuntamiento de Morón, haciéndose eco del sentir popular, decide,
por unanimidad, homenajearle rotulando con su nombre el antiguo Paseo de la Talega , donde se colocó una
placa conmemorativa.
Tiempo después, unos
jardines públicos de Morón también llevarán su nombre.
Pero al decir de todos
cuantos le conocieron, alumnos, contertulios, amigos y vecinos, además de ser
un músico extraordinario, era un hombre
excepcional, un gran hombre, sensible, sencillo y bueno. Tenaz en el trabajo,
comprensivo, recto y disciplinado, tanto en su trabajo como en el trato con los
amigos de tertulia. Entregado totalmente a la educación de sus alumnos, su
labor docente y no sólo musical, haciendo de ellos hombres de buen provecho.
Quienes tuvieron la suerte
de tratarle cuentan que era un pozo de conocimientos, dando gusto escucharle de
cualquier tema, aunque podían destacar la historia, la política y la
literatura. Lector impenitente, solía leer todo tipo de género, ya en sus años jóvenes fue en su pueblo, Jimena, corresponsal-distribuidor de la prensa
provincial y nacional que llegaba al pueblo.
Fue un perfecto
comunicador, defensor de la libertad y enemigo de las injusticias, e incansable
defensor de unos principios, que no eran otros que la dignificación del hombre,
por ser sujeto inteligente. A sus alumnos los arengaba frecuentemente con esta
frase: … la cultura no es un sustituto de
la vida, ni sirve sólo para entender cosas que otros no entienden. La cultura
es la llave que abre las puertas de la libertad, del éxito. Y esta otra,
recogida de Manuel Azaña, que solía repetir una y otra vez: la libertad no hace felices a los hombres,
les hace hombres.
Como oí decir a un señor de
Morón veintitantos años después de su muerte: D. Francisco fue un hombre de luz, que iluminó con su ser y su ejemplo
a cuantos tuvimos la suerte de conocerlo y tratarlo.
(1)(Diccionario
Enciclopédico de la Música. Apéndice
de 1952. pág. 216. Barcelona).
Tardamos mucho
tiempo en reunir, ordenar, organizar y trabajar toda esta documentación, pero
creo que mereció la pena, no sé porque desde el primer momento en que empezamos
con esto, día tras día se fue engrescando esto apareciendo documentación y más datos y a
medida que esto sucedía aumentaba la ilusión, en esto ha sido mucha la gente que ha participado
y espero no defraudar a nadie, yo solo puedo decir una cosa, si ellos disfrutan
leyéndolo la mitad o menos de lo que yo he disfrutado haciéndolo ya me daré por
satisfecho, espero que os guste y tranquilos que aún queda mucho y bueno.
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